En 2012 decidimos salir de nuestro «radio de confort», con cierta experiencia como autocaravanistas, le echamos narices y nos aventuramos a las temidas carreteras italianas con la intención de visitar la Toscana, pero si del destino se tratara, el terrible calor nos expulsó hacia tierras más frias y allí es donde conocimos uno de los parajes más bellos que se pueden visitar en autocaravana: Los Dolomitas (artículo Toscana y Dolomitas en autocaravana, 2012).
Carreteras enrevesadas, pasos de montaña míticos, peñascos gigantes clavados en la tierra para adorar al cielo y un montón de historia e historias que nos dejaron tan buen sabor de boca que en 2020 decidimos volver para visitarlo con más tranquilidad, ver cosas que nos quedaron pendientes y rememorar algunos de los lugares más impactantes de la tierra.
15 de julio: Vitoria-Lagrasse (546,5km)
Pese a tenerlo casi todo preparado, para no variar, salimos a eso de las 11:00 rumbo a la France.
Hace tiempo que nos hemos rendido y hemos desistido de tratar de atravesar Francia sin coger autopistas, así que sin darle más vueltas nos metimos en la enorme lengua negra de asfalto que cruza la republica vecina de norte a sur y de este a oeste.
A diferencia de otros años el tráfico de camiones era muy denso, obligándonos a ir menos relajados de lo normal. Será señal de que va habiendo una recuperación económica, porque hacía al menos 5 años que no se veía un volumen de transportistas así.
De esta parte del viaje, poco que destacar; kilómetros, peajes…y obras, muchas obras, lo que ocasionaron algunas retenciones. Lo bueno es que este año llevábamos un arma a nuestro favor, el GPS TomTom Camper, el cual va conectado por bluetooth al móvil y nos canta en tiempo real los atascos, obras, etc, ofreciendo vías alternativas. Todo un acierto!
Después de un porrón de kilómetros y de los característicos 30ºC de la zona centro francesa, llegamos a lo que sería nuestro primer destino, el pueblo medieval de Lagrasse.
Nos tuvimos que desviar unos 20km de la autopista, pero habíamos leído que era uno de los pueblos más bonitos de la zona y, había que verlo.
Llegamos algo tarde al área de autocaravanas, así que aparcamos, pagamos los 8€ que cuesta y poco más. Cenamos y a la cama.
16 de julio: Lagrasse – Col du Lautaret (551,7km)
Después de una noche “toledana”, sin pegar ojo por culpa del intenso calor y el incansable canto de las chicharras, salimos a visitar el pueblo, con sus empedrados, callejas estrechas, edificios medievales y por su abadía del S. XIII.
Eran las 10:00am y el termómetro ya marcaba 29ºC, así que paramos en la zona de carga y descarga de aguas que hay en el parking de coches, junto a las basuras y vaciamos depósitos y el químico. Agua no pudimos cargar, ya que algún desgraciado había vaciado el wc en la fuente de agua potable, dejando una malgama de papel y mierda que hacía realmente desagradable la operación.
Un grupo de autocaravanistas franceses, muy indignados por cierto, se quedaron allí solucionando la situación.
Mostramos nuestra indignación ante el hecho tan incívico, nos despedimos de ellos y nos pusimos en marcha. Desandamos el camino hasta Treves, donde echamos gasoil y volvimos a coger la autopista.
Cuando paramos a comer en un área de la autopista con gasolinera, vimos que había zona de carga y descarga de aguas, así que terminamos el trabajo que habíamos dejado incompleto en Lagrasse.
Las temperaturas llegaron a los 36ºC, por lo que agradecimos ir en marcha y poder aprovecharnos del aire acondicionado.
Al final del día llegamos a la zona de los Alpes Franceses y según fuimos cogiendo altura, las temperaturas fueron bajando drásticamente y el paisaje mejorando exponencialmente.
Con 19ºC aparcamos en un sitio ya conocido por nosotros del año que hicimos Alpes Franceses e Italianos, el Col du Lautaret.
En este sitio hay varias zonas aptas para quedarse a pasar la noche, pero a nosotros nos gusta la del parking más pequeño (45.036226, 6.402247), al principio del puerto, desde el cual se ve el famoso glaciar.
Junto a otras 3 autocaravanas francesas nos retiramos a cenar, planificar la ruta del día siguiente y mentalizarme para una de las cosas que más odio en este mundo, conducir por Italia, un pueblo que en mi opinión, debería plantearse el revisar su manual de autoescuela.
El punto más positivo era que esa noche para dormir igual habría que echarse hasta la manta. ¡¡Yujuuu!!
17 de julio: Col du Lautaret – Lago di Carezza (564km)
El fresquito de la noche en altura fue una auténtica gozada. Dormimos con la manta e incluso llegó a saltar la calefacción!
Después del sueño reparador nos vimos con fuerzas para atravesar Italia y sus carreteras llenas de italianos…jajaja.
Al bajar al valle, las temperaturas se dispararon exponencialmente, volviendo a alcanzar los 33ºC.
Sobre el viaje, al ir por autopista, poco más que decir. Muchos peajes, áreas cutres y decenas de kilómetros de carril derecho totalmente ocupado por camiones. Por suerte el final del día volveríamos a dormir en altura, más concretamente en el parking que hay junto al Lago Di Carezza (46.41182, 11.57538). Ya nos encontrábamos en el Tirol Sur.
El parking está cerrado con una barrera y los primeros 15 minutos son gratuitos. Después el precio sube una barbaridad. Las primeras dos horas son 10€, hasta 11h son 20 y a partir de ahí 30€, con un tope de 24h.
Estuvimos debatiendo sobre si irnos, quedarnos, pero nos encontrábamos cansados y decidimos pagar los 30€.
Dimos un paseíto alrededor del lago y como las nubes amenazaban lluvia, nos retiramos a la AC a organizar nuestro siguiente destino.
18 de julio: Lago di Carezza – Plan de Gralba (km 42,2)
Por la noche nos visitaron varias tormentas típicas de la alta montaña, es decir, truenos, relámpagos y agua a manta, pero en el parking no tuvimos ningún problema.
Nos levantamos sin mucha prisa y cuando salimos de la autocaravana, flipamos bastante con el ajetreo de gente que había por allí. Todos los aparcamientos llenos, varios autobuses y todas las tiendas y cafeterías a pleno rendimiento.
Cogimos a Max y rodeados de una multitud sorprendente de gente, bajamos de nuevo al lago para hacer algunas fotos más, pero sin demorarnos demasiado.
Cuando llegó la hora de pagar la “dolorosa” factura de 30€, íbamos cual reo al patíbulo, pero cuando metimos la tarjeta, ¡grata sorpresa!, la máquina únicamente nos cobró 12€. Por lo visto, si al pagar no le das a la tecla “bus”, te aplica una tarifa más justa.
Contentos como unas castañuelas, pusimos rumbo a nuestro próximo destino, el AS de Plan di Gralba.
Nada más salir del Lago di Carezza comenzamos a calentar con las primeras tornantes, lo que vino bien antes de llegar a nuestro ya conocido “Passo Pordoi”.
Con la seguridad que te da la experiencia, nos enfrentamos sin despeinarnos al mix típico de la zona: curvas casi 360º, fuerte pendiente, tráfico, ciclistas, motoristas y camioneros.
Cubierto Pordoi, fuimos a por el segundo plato del día, el Passo Sella, donde la tónica fue más de lo mismo.
Si nunca os habéis enfrentado a estos pasos de montaña, que pueden esconder fácilmente hasta 18 tornantes o curvas muy cerradas con una pendiente muy seria, os comentaré que es muy importante la labor de la persona que va de copiloto, cantando si viene alguien en dirección contraria. Esto te permite abrirte más o incluso meter 1ª por si toca tomar la curva por dentro.
En menos de 1 hora ya habíamos llegado a nuestro destino, el área servicios de Plan di Gralba (N46º31´57”, E11º46´19”). El precio es de 12€/día y cuenta con todos los servicios, aunque están segregados. La carga de agua, en el mismo sitio del parking de ACs y la descarga tanto del químico como de las grises, se realiza en el parking de coches, donde hay una alcantarilla con rejilla y una manguera para limpiar la zona al terminar.
Asegurada la carga de agua, aprovechamos para ducharnos y hacer algo de limpieza en la autocaravana. Comimos tranquilos y muy animados cogimos el autobús 471 para ir a visitar Selva, una bonita población típica alpina.
Si optáis por coger el bus, debéis saber que hay dos paradas; una cerca del área de autocaravanas, con muy pocas horas y otra situada en la carretera del puerto, con un mayor rango horario, el que cogimos nosotros.
Una familia italiana le preguntó al conductor del autobús a ver si era el que iba a Selva, así que pensamos “dónde se bajen éstos, lo hacemos nosotros”.
Nos relajamos tanto que para cuando nos dimos cuenta ya se nos habían pasado dos paradas y la familia no se bajaba…mierda, ¿y ahora qué?
Nos bajamos en la siguiente parada, que casualmente era la última, concretamente en Ortisei.
El pueblo era precioso y con mucha animación, así que aprovechamos la feliz circunstancia y lo visitamos. Tuvimos la suerte de ver un cuarteto de músicos con las típicas trompetonas de la zona que iban dando espectáculo por las calles.
Un tanto nerviosos por el hecho de tener que volver, paramos en una oficina de información y nos dijeron que el último autobús que subía hasta donde teníamos la autocaravana había sido el de las 17:00.
Por suerte había otro, el 350 que llegaba hasta el pueblo anterior, “Plan”, lo malo que nos tocaba un pequeño trekking de1,8km de fuerte pendiente hasta nuestro destino.
Seguimos el camino marcado como GR y casi paralelos a la carretera llegamos sin mucho esfuerzo en poco más de media hora a la AC.
Sacamos a Max a dar una vuelta y nos retiramos a descansar y planificar el día siguiente.
19 de julio: Plan di Gralba – Sassolungo – Plan di Gralba (3km)
Después de una noche fresca y tranquila, desayunamos, pagamos los 12€ al cobrador del área (pasa a las 8:30 y 17:00) y, envalentonados nuevamente, cogimos el autobús para subir al Passo Sella.
Teniendo un servicio tan continuo de autobuses, por los 2€ que cuesta el viaje, no merece la pena andar moviendo la autocaravana, subir el puerto y después pelearse para conseguir un hueco en unos parking realmente atestados de coches.
Antes de bajarnos le preguntamos al conductor, quién por cierto era el mismo del día anterior, a ver si esa era la parada correcta ya que habíamos cogido el ticket para la parada del refugio Paso Sella pensando que era la siguiente parada, pero no, debía llamarse de otra manera. Una vez más habíamos metido la pata y después de ver la sonrisita en la cara del gracioso conductor, no le dimos más vueltas y nos bajamos en el refugio, frente al imponente Sassolungo.
Esa visita la teníamos pensada para el día siguiente, pero ya que estábamos allí aprovechamos la feliz circunstancia.
Desde abajo parecía una única mole de piedra, pero detrás esconde otras dos cimas, recordando mucho a las 3 cimas del Lavadero.
Después de merodear un poco por la zona, iniciamos un trekking circular, bordeando la base de la cima de la derecha y llegando hasta el refugio Emilio Comici (2.154m). Después bajamos hasta el remonte que sube de Plan di Gralba, para volver a conectar con la ruta 526, marcada en rojo y blanco.
El tramo de ida era sencillo, sin ninguna complicación, pero la vuelta lo hizo por la denominada ciudad de roca, lo que nos obligó a saltar como cabritillas entre rocas, pero sin mucha complicación.
Después de unas 3h merodeando por allí, desechamos la idea de coger el teleférico (16€/ida y vuelta), ya que se estaba haciendo tarde y no queríamos dejar a la perrilla demasiado tiempo sola en la autocaravana.
El paseo por el Sassolungo nos dejó muy satisfechos y nuestra curiosidad por esa zona totalmente cubierta, así que ya que el día anterior nos quedamos con ganas de ir a visitar Selva Val Gardena, después de comer recargamos aguas, vaciamos grises y el químico y bajamos el puerto hasta un parking en Plan (46.547271, 11.767447) donde se permite la pernocta y que se encuentra a 5 minutos andando de Selva.
Aparcamos y metimos 2€ en la máquina de cobro, lo que nos dio hasta las 8:30 del día siguiente, ya que de 17:00 a 07:00 no se cobra.
La zona no es que sea la leche, pero después de haber dormido en los altos, cualquier zona cercana a una población ya nunca nos volverá a sorprender. Al menos estaba bien nivelado, junto a una vía peatonal que une las poblaciones y teníamos un caudaloso riachuelo amortiguando el ruido de la carretera que sube el puerto.
El paseo es muy suave, agradable y llegas a Selva casi sin darte cuenta, por lo que no merece la pena arriesgarse a intentar aparcar allí, donde los parking son estrechos y complicados, además de estar prohibidas las autocaravanas en algunos de ellos.
Dimos un paseo por las calles, recordando nuestra visita anterior y cuando dimos por satisfecha nuestra ansia urbanita, volvimos a la autocaravana a quitarnos las zapatillas, planificar la ruta del día siguiente y descansar.
20 de julio: Plan – Col Raiser – Santa Magdalena – Plan (82,1km)
Después de otra noche plácida pusimos rumbo a nuestro siguiente destino, el teleférico que sube al Col Raiser (46.564800, 11.736700). Llegamos sobre las 9:00 y al ser sábado, se notaba que iba a haber muchísima afluencia de gente. Aparcamos donde nos indicaron los responsables y después nos cobraron 3,50€/persona, es decir 7€.
Además del aparcamiento donde nos pusieron a nosotros, desde el teleférico vimos que hay otros dos niveles superiores con el piso algo mejor y menos desnivelados. Habíamos oído que se puede pernoctar allí, pero suponemos que será si llegas después de que el teleférico ya no funciona (17:00) y ya no se encuentren allí los vigilantes.
Cogimos el teleférico y pagamos 20€ por persona ida y vuelta. Puede parecer mucho, pero hacer a pie el camino de ida y vuelta supone unas 3h a buen ritmo y nosotros preferimos que nos subieran e invertir ese esfuerzo en la zona de arriba.
Una vez llegas a la base, la zona es impresionante y se disfruta de unas vistas increíbles del Parque Natural Puez-Odle.
Iniciamos el trekking subiendo a la zona marcada como mirador de los Dolomitas y después bordeamos la base de la inmensa mole de piedra hasta que tocaba decidir si ir hasta una vía ferrata o hasta el refugio Firenze.
Ya llevábamos bastante rato caminando y Lorenzo nos estaba zurrando bastante, así que emprendimos el camino al refugio y de ahí volvimos al teleférico.
El trekking mereció mucho la pena y el habernos evitado el esfuerzo de subir desde el parking, más todavía.
Valoramos el quedarnos a comer ahí o en el siguiente destino, pero como el sitio donde estábamos no era muy allá, pusimos rumbo a Santa Magdalena (46.63863, 11.71809) para visitar y fotografiar la famosa ermita de St. Johann.
Supongo que será porque esta zona tiene una alta influencia alemana, pero no nos estaba resultando tan traumático el conducir por tierras italianas como en otras ocasiones. La gente iba rápido, pero sin ocasionar las típicas situaciones de peligro. Aún así, al italiano de pura cepa era fácil reconocerlo, ya que se trata del coche pequeñajo ocupando medio carril contrario.
La temperatura iba en ascenso y cuando llegamos al parking de Sta Magdalena, además de una cantidad poco deseable de tábanos, el mercurio marcaba casi 32ºC.
El Parking del pueblo es escalonado y las estrechas plazas se reparten en 4 pisos de altura. Al ser las 15:30 no había nadie, así que aparcamos sin problemas aunque el morro de la autocaravana quedaba fuera de la plaza.
Comimos y cuando bajó un poco el calor fuimos a visitar la ermita. Para llegar hasta allí es mejor ir andando, ya que se llega en cuestión de 6 minutos subiendo el puerto y al llegar a la parada del bus, coger hacia el pueblo que hay a la derecha.
Nos paramos en una plataforma que hay por el camino e hicimos algunas fotos. Cuando llegamos a la zona donde se inicia la visita la ermita y ver que cobran 4€/persona por verla, nos pareció muy caro para lo que es, así que nos volvimos por donde habíamos ido.
Se ha puesto tan de moda la Ermita que hordas de fotógrafos peregrinan para hacer la ansiada foto con las montañas de fondo e incluso los agricultores de la zona han tenido que vallar todos sus campos para que no se los pisoteen y prohibir los drones para no molestar al ganado.
Al volver a la AC, otra italiana se nos había aparcado en perpendicular, ocupando 4 plazas de coche y dificultando nuestra salida. Mira que estaba prácticamente vacío, pero bueno, es lo que hay.
Un tanto decepcionados con la zona y algo cansados por las horas de trekking de la mañana, desechamos la idea de hacer otra montaña al día siguiente y volvimos al parking del que habíamos salido en Plan.
Al llegar estaba a tope, pero encontramos un hueco en el que poner nuestros huesos a descansar y pegarnos una buena y merecida ducha.
21 de julio: Plan – Ortisei – Plan ( 0 km)
Las previsiones meteorológicas para este domingo 21 de julio no eran muy buenas, así que decidimos dar un descanso al cuerpo.
Puse mal el despertador por lo que de manera involuntaria nos levantamos bastante más tarde de lo previsto.
Desayunamos tranquilamente, ampliamos el horario del aparcamiento hasta las 17:00, hora en la que pasa a ser gratuito, subimos hasta la parada del bus. Cogimos el bus 352 y por 1,50€/persona volvimos a visitar Ortisei, pero esta vez, de manera consciente y planificada.
Deambulamos por las bonitas calles, visitamos las tiendas y cuando llegó la hora de comer comer (cierran de 12:30 a 14:00) entramos en un supermercado tipo Gourmet (Panificio Hofer), donde compramos algunas delicatesen típicas y no nos pudimos resistir a dos porciones de pizza con una pinta tremenda.
En un supermercado normal cogimos unas bebidas y nos trincamos la pizza sentados en un banco cerca de la plaza central. Mientras comíamos el viento cambió, las nubes comenzaron a cerrar el cielo y escucharon los primeros truenos, así que decidimos volver a la autocaravana.
No habíamos llegado a la primera parada del bus cuando comenzaron a caer las primeras gotas y el bus se llenó hasta el punto de no caber ni un alfiler. Gente con maletas, mochilas, perros, carritos…menos mal que nuestra parada era la última y para entonces ya se había bajado casi todo el mundo, lo demás, con tanta gente de pies en el pasillo lo hubiéramos tenido complicado bajarnos.
Protegidos por nuestro característico y enorme paraguas amarillo, llegamos a la autocaravana sanos, secos y a salvo. Cuando bajó un poco la intensidad de la lluvia, cogimos a Max y dimos un paseo hasta Selva.
A lo largo de la tarde la tormenta fue alejándose y el sol volvió a iluminar las enormes montañas que nos rodeaban, así que nos pusimos las zapatillas de nuevo y volvimos a deambular por la zona.
Finalmente dimos por vista esta zona de Dolomitas, así que decidimos que al día siguiente volveríamos al área de Plan di Gralba para cargar y vaciar aguas, químico y poner rumbo a nuestra siguiente zona a visitar.
22 de julio: Plan di Gralba – Passo Pordoi ( 21,7 km)
Con el ritmo correcto ya cogido, nos levantamos pronto, desayunamos y para las 8:15 ya nos encontrábamos en el AS de Plan di Gralba cargando y descargando aguas.
Finalizado el trabajo pusimos rumbo a uno de los puntos más míticos de esta zona, el Passo Pordoi.
Con poco tráfico, remontamos su treintena de tornantes y dejamos la autocaravana en el aparcamiento de abajo.
Decir que hay tres niveles de parking, siendo los dos superiores de asfalto y el inferior de gravilla, donde suelen ponerse las autocaravanas (46.487787, 11.810054).
En principio pone que está prohibida la acampada en toda la región, pero nunca hemos oído que nadie haya tenido problemas allí y menos si somos respetuosos y no hacemos despliegue de cosas, ni echamos ancla. De esta forma podemos defendernos diciendo que estamos aparcados y no acampados.
A las 9:30 ya estábamos subiendo el teleférico al Sass Pordoi (19,50€/persona). Había bastantes personas que subían andando y, pese a parecer un trekking muy interesante, no teníamos ganas de meternos semejante paliza.
Deambulamos por la zona, fuimos hasta el refugio Forcella Pordoi y sobre las 14:00 dejamos atrás ese paraje lunar.
Mientras volvíamos a la AC, vimos que las señales de advertencia que prohibían la acampada se encontraban en los parking asfaltados, no habiendo ninguna señal en el inferior, aunque la señal era clara “prohibido en toda la comarca”. La señal también advertía que el parking era para usuarios del teleférico, así que pusimos en la ventanilla los dos ticket como justificante.
Fue más por tocar las narices que por una cuestión práctica, pero bueno…así somos.
Después de comer deambulamos un poco por la zona, visitamos el cementerio alemán de la 1ª y 2ª Guerra Mundial, una curiosa ermita y finalmente, nos sentamos a ver el atardecer frente a la autocaravana.
Cenamos pronto y volvimos a salir para hacer unas fotos del crepúsculo con las montañas de fondo.
Al volver a la AC a descansar conté unas 30 autocaravanas repartidas en los tres niveles, habiendo 3 junto a la señal de prohibido acampar…jajaja.
23 de julio: Passo Pordoi – las 5 Torres – Passo Falzarego( 33,7 km)
Ya hemos comentado al principio de este relato que es nuestro segundo viaje a los Dolomitas y la intención era, sobre todo, visitar lugares que no pudimos hacerlo en 2012 y, junto al Passo Pordoi, las 5 Torres (5 Torri) era uno de ellos.
Después de una noche plácida, levantamos pronto el campamento, desayunamos una buena ración de tornantes y a las 9:15 ya nos encontrábamos en el enorme parking del telesilla que sube a las 5 torres (46.51917, 12.03795).
Se trata de un parking enorme, de grava, bien nivelado y en el que no hay problema para pasar la noche.
El día amenazaba con ser caluroso, así que pusimos el turvo-vent, abrimos las claraboyas, pusimos los parasoles y cuando aseguramos que nuestra Max estaría bien, cogimos el telesilla (16€/persona).
Podría decirse que no es de las zonas más espectaculares que hemos visitado, pero las 5 torres de piedra y la restauración de las trincheras de la 1ª y 2ª Guerra Mundial bien merecen la pena la visita.
Primeramente fuimos desde el refugio Scoiattoli hasta el refugio Averau (2413m), desde donde se puede ver la impresionante el glaciar de la Marmolada, el rey de los Dolomitas con sus 3343m de altitud.
Más arriba hay otro refugio el Nuvalau, pero con el calor que nos estaba zurrando, no nos apetecía mucho meternos la pendiente que había hasta él, así que volvimos a las 5 Torres e hicimos el tour de las trincheras y la circular que pasa entre las moles de piedra.
Para nosotros, esa vuelta fue la más impresionante de la zona, poder pasar tan cerca de esos gigantes y flipar con los atrevidos escaladores que les plantan cara.
Después de casi 5h de caminata ya estábamos lo bastante cansados como para volver a la autocaravana y comer.
En el parking no se estaba mal, pero echábamos en falta algo de hierba para que nuestra perruquilla pudiera disfrutar un poco, así que hicimos tiempo hasta que los teleféricos de paso Falzarego (2117m) cerrasen, librándose un poco el parking e iríamos allí a dormir.
En 2012 ya subimos el teleférico del Passo Falzarego y disfrutamos mucho junto a unos amigos de Madrid del recorrido que hay hasta abajo por las trincheras, así que en esta ocasión no lo haríamos, aunque si es la primera vez que venís, es muy recomendable.
En el parking del Passo Falzarego (46.51937, 1200844) conocimos a una familia murciana que habían cometido un error muy típico de novatos, tratar de ver toscana en verano.
Nos contaron que Roma había sido imposible por el calor y Venecia…un despropósito de calor, humedad y mosquitos así que al igual que hicimos nosotros en 2012, habían caído en los Dolomitas buscando el fresco.
Por la tarde, lo de siempre: paseíto, ducha y organizar el día siguiente.
24 de julio: Passo Falzarego – Lago Misurina – Las 3 Cimas de Lavadero ( 43,9 km)
Tras una noche tranquila pusimos rumbo hacia nuestro siguiente destino, las famosas 3 Cimas de Lavadero pero parando antes por el Lago Misurina.
Superamos sin ningún problema las innumerables tornantes del puerto, atravesamos Cortina, la capital de la zona y bajo un intenso calor, llegamos al famoso Lago Misurina.
Los aparcamientos que hay son de pago, pero poco antes de llegar al cartel que indica el inicio del pueblo vimos un sitio muy ancho junto al arcén, así que allí aparcamos.
Las temperaturas marcaban unos atípicos 31ºC, así que nos mantuvimos todo el rato cerca del agua para que nuestra Maxi-Max se pudiera refrescar.
Hicimos el paseo que rodea el lago protegido con una densa arboleda y cuando llegó la hora de comer, volvimos a la AC para dejar a la perrita con el Turvo-vent a tope e irnos a la Pizzeria Edelweiss y trincarnos unas buenas pizzas típicas italianas.
El sitio era agradable, bien ambientado, las camareras vestían ropas típicas y los precios…muy asequibles!!.
Teníamos intención de demorar un poco la subida al aparcamiento de las 3 Cimas de Lavadero, para intentar coincidir con la hora en la que la gente se vuelve, así que antes de subir el puerto nos detuvimos en el AS que hay una vez pasado el lago (46.588402, 12.2561).
El área es de pago, pero al no haber barrera ni nada que impida su entrada o salida, es posible hacer uso de la zona de carga y descarga sin pasar por caja.
Un poco más adelante, justo antes del ascenso del puerto, hay una cabina donde se debe abonar la nada desdeñable cantidad de 45€ que nos cobran a las autocaravanas por subir.
Esa cantidad cubre 24h así que si excedes ese tiempo, al volver se debe pagar el suplemento.
Os advierto que la subida de ese puerto no es muy complicada, pero tampoco tan fácil como nos gustaría. La carretera es algo más estrecha y con más pendiente de lo habitual, a lo que hay que sumarle un intenso tráfico, sobre todo autobuses, y una buena ración de tornantes.
Una vez arriba, un encargado con una señal nos derivó al primer nivel del parking de la izquierda, el cual está reservado para las autocaravanas (46.6132, 12.29289).
La primera parte del parking estaba a tope, bueno, al menos la zona que daba al balcón y nosotros, al igual que la mayoría, queríamos vistas, así que fuimos casi hasta el final y allí encontramos un buen sitio.
Justo cuando aparcamos, otra camper aparcó junto a nosotros, pero dejando demasiado espacio entre ambos vehículos. Esto suele ser peligroso, ya que es el típico espacio en el que cabe otro vehículo achuchando un poco…y eso es lo que nos pasó.
A la vuelta del paseo de reconocimiento una enorme furgoneta alemana se nos había encajado allí, pero…eso sí, nos había ajustado a 1m de nuestra AC para tener el espacio suficiente para sacar sus sillas y mesas al otro lado. Para colmo, la señora de la furgo estaba en pelota picada pegándose una ducha en la calle, en el pasillo que había quedado entre ambos vehículos.
Una vez terminó de ducharse la buena señora, pudimos entrar en nuestra AC, esquivando malamente el pozo de agua y jabón que nos había dejado junto a la puerta.
No quisimos hacer más mala sangre y lo dejamos correr…ooohmmm, somos zennnn!!!
Tal y como estaba anunciado el cielo se volvió negro y nos cayó la típica tormenta alpina de media tarde. Una vez hubo pasado cogimos los bártulos y, siguiendo el camino que va desde el refugio, fuimos hasta la base de las 3 Cimas para hacer unas fotos del atardecer.
Sabíamos que se nos haría de noche volviendo y por eso optamos por ese camino, ya que es una pista ancha, sin peligro y fácil de seguir con la linterna de los móviles.
De vuelta en la AC cenamos, vimos una serie en el portátil y bastante cansados, nos fuimos a planchar la oreja.
25 de julio: Las 3 Cimas de Lavadero (0km)
El día anterior vimos que había aviso por tormentas desde el mediodía, así que nos levantamos pronto e hicimos el trekking que va hasta las 3 Cimas de Lavadero pero esta vez por el camino que sale del parking de autocaravanas.
Es más corto que el otro pero un pelín más técnico, por eso no lo hicimos el día anterior.
Nos cruzamos con 2 grupos enormes de japoneses (ya los estábamos echando de menos) y en unos 45 minutos ya nos encontrábamos a los pies de las enormes moles de piedra.
Merodeamos por la zona, visitamos el refugio Malga Langalm, los 3 pequeños lagos al pie de las torres y cuando vimos que el viento traía unas nubes poco amigables, volvimos a la autocaravana.
Todavía era un poco pronto para comer y como nuestros vecinos alemanes se habían largado, sacamos sillas y esperamos con unos refrescos a la llegada de la tormenta.
A las primeras gotas le siguió lo que fue una tormenta en toda regla: Rayos, truenos, relámpagos e incluso granizo cayó esa tarde.
Daba pena ver llegar a la gente de la ruta calada hasta los huesos…pero ¿la gente no mira el parte del tiempo antes de salir?
Después de la tormenta, vino la niebla y después más tormenta, así que desistimos de abandonar el espacio seguro de la autocaravana y aprovechamos para descansar y reposar nuestros maltrechos huesos.
Después de cenar, organizamos el planning del día siguiente y con todo organizado nos retiramos a dormir, que tanto paseo nos tenía con la batería baja.
26 de julio: Las 3 Cimas de Lavadero – Rio Gere (15,7km)
Después de una noche muy tormentosa, aunque la mañana salió buena las previsiones no eran nada halagüeñas, así que levantamos el campamento y nos pusimos en marcha.
Bajando el puerto nos cruzamos con un buen número de autobuses, pero resulta curioso que el conflicto no lo creaban los vehículos grandes, sino esos italianos embravecidos, con sus minicoches tomando las tornantes por el centro, creando atasco sin importarles lo más mínimo la cordialidad o el respeto al volante.
Una vez abajo, pagamos 25€ por el día extra y paramos nuevamente a reponer aguas en el AS del lago Misurina.
La intención era haber ido al famoso lago Braies (46.70055, 12.08519), pero una verja indicando que el camino estaba cortado nos lo impidió, así que decidimos ir a tantear área de aparcamiento “Río Gere”, justo después del Passo Las Tre Croci.
Al volver a pasar por el lago Misurina estaban montando un buen tinglado por algún tipo de prueba deportiva, motivo por el cual dedujimos que nos habían cortado el paso a Braies.
Cuando llegamos al Parking “Río Gere”, vimos que había muchas autocaravanas, así que buscamos un sitio que todavía tuviera algo de sombra, estuviera nivelado y con zona para que Max pudiera hacer “sus cosas” con tranquilidad.
Antes de continuar quiero hacer una aclaración; no hay que confundir el Passo Tre Croci con este parking. El primero se trata de un paso estrecho, con muy poco aparcamiento, de donde sale una ruta al bonito lago Sorapis, mientras que el segundo se encuentra un poco más abajo y es un enorme parking de gravilla junto a un telesilla que sube al monte Cristallo (46.55084, 12.18861).
Es un parking de gravilla, bien nivelado aunque con pendiente para el agua, sin servicios, con un restaurante junto al telesilla, con bonitas vistas de las cimas, con espacio suficiente como para estar bien holgados y del que salen varias rutas de montaña.
La mañana avanzaba y la amenaza de tormentas y lluvias no parecían cumplirse todavía, así que fuimos a merodear un poco por la zona y dimos un paseo con Max por el GR 211 hasta el agroturismo Brite de Larieto.
El paseo es muy sencillo, discurre por una zona verde y entre árboles, lo que la hace ideal para estos días de calor.
Volvimos a la AC y cuando íbamos a comenzar a comer, TRUMMMMM!!!, un potente trueno dio paso a una incesante lluvia que nos acompañaría el resto de la tarde.
Al final pensamos que éste era un buen sitio para pasar un día de lluvia, así que pusimos los calzos, echamos las cortinas y allí nos quedamos.
Del resto del día, poco más que contar: comer, peli, algo de lectura y descanso en general.
27 de julio: Río Gere – Cortina d´Ampezzo – Rio Gere (18,9km)
La noche fue muy tranquila e incluso reconfortada con la incesante lluvia y siguiendo la tónica ya habitual en esta zona, después de la tormenta vino la calma o lo que es lo mismo, una mañana tranquila y soleada, aunque las previsiones anunciaban lluvias a partir del medio día.
Con esas malas previsiones no nos quisimos aventurar a realizar ninguna ruta de montaña así que quitamos los calzos y nos movimos hasta Cortina d´Ampezzo.
En un principio pusimos las coordenadas del parking que se encuentra detrás de la pista de hielo y ya conocíamos de 2012, pero al llegar nos encontramos que estaba totalmente levantado por unas obras, así que fuimos en busca del AP que han habilitado en Cortina d´Ampezzo para las AC, pero al llegar nos encontramos con que lo habían cerrado para celebrar una feria. Al final volvimos hacia la pista de hielo y aparcamos en el parking que hay en frente, junto al planetario (46.5435303, 12.1332008).
Esta limitado a 2h, así que después de buscar el sitio donde menos molestara nuestra AC, pusimos un papelito con la hora a la que habíamos aparcado, ya que nosotros no llevamos esos circulitos en los que puedes marcar las horas, que suelen llevar los italianos.
Subimos la calle, giramos a la derecha y en 2 minutos ya estábamos en la calle comercial.
Nos impresionó lo que ha subido el nivel de vida en esta población alpina desde nuestra última visita. Los precios son bastante caros en general a lo que hay que sumar que hay muchas tiendas de lujo.
Curioseamos el precio de las viviendas y alucinamos al ver que un piso de 75m2 rondaba los 850.000€ y otro un poco más grande superaba el millón y medio de euros!!
Los hoteles que rodean el centro son de 4 y 5 estrellas, así que tampoco fue raro ver un Lamborghini Huracán allí aparcado o varios coches con el tridente de Neptuno en su frontal.
Después de saciar nuestra curiosidad consumista entramos en la Cooperativa Cortina, una especie de “mini-Corte Inglés” y después de visitar las 4 plantas sin comprar nada, en el Supermercado nos avituallamos con algunas cosas que escaseaban en nuestra nevera y unas porciones de auténtica Pizza Italiana.
No habíamos llegado a la AC cuando el cielo se tornó negro y comenzaron los anunciados truenos.
Subimos el puerto escapando de la tormenta y poco después de ponernos en el mismo aparcamiento que habíamos abandonado esa mañana, cayó una jarreada digna del fin de los días.
Durante la tarde se fueron alternando momentos de lluvia y calma, en los que aprovechamos para tantear las rutas que salen de esa zona, pero sin adentrarnos demasiado en ninguna, ya que cada poco volvía a tronar.
Sobre las 19:00 decidimos desistir y volvimos a la AC para hacer un poco el vago hasta la hora de cenar.
28 de julio: Río Gere – Lago Braies (43,3km)
Las malas previsiones para el domingo 28 de julio se cumplieron y desde primera hora de la mañana nos acompañó una intensa lluvia que hacía realmente desagradable salir a la intemperie.
Nosotros somos de no lamentarnos por lo que no podemos hacer y centrarnos en lo que sí podemos hacer, así que con ese mal tiempo nos duchamos, adecentamos la autocaravana (falta le hacía ya) y planificamos lo que sería nuestro siguiente destino, un segundo intento al Lago Braies (46.70055, 12.08519).
Después de comer, arrancamos y pusimos rumbo al lago en cuestión pero pasando primero por el AS del lago Misurina para reponer aguas.
Esta vez el camino sí que estaba abierto y pudimos llegar sin problemas a nuestro destino.
La carretera que llega hasta el lago en cuestión, termina en el propio lago, teniendo que aparcar la AC en el parking de pago (20€/24h) que hay frente al hotel.
Cuando llegamos todavía chispeaba y los nubarrones no anunciaban que la cosa mejoraría a corto plazo, así que cogimos los chubasqueros y fuimos a merodear por la zona.
El sitio es precioso. Imaginaros la postal: Un lago de aguas azules, con unas encrespadas cumbres cerrando el circo, la niebla a media altura cortando la montaña y un romántico embarcadero de madera…ummm, pena de sirimiri.
Sin ninguna pereza y con ganas de estirar las piernas hicimos el pequeño trekking que rodea el lago. En un principio es sencillo, pero tiene tramo de escaleras de los que te hacen parar a contemplar las vistas mientras recuperar el aliento.
Además de la belleza natural del entorno, el hotel fue desde 2010 hasta 2016 escenario de una serie italiana en la que participó el archi-conocido Terence Hill, el eterno compañero de Bud Spencer: “Un Passo dal Cielo”.
Cuando nos hartamos de contemplar la panorámica y hacer fotos, volvimos a la AC, pero antes investigamos el parking contiguo al nuestro, ya que no tenía barreras y estaba lleno de campers y autocaravanas.
Ponía que la noche eran 6€ y nos entró algo de bajón al pensar que habíamos hecho el tonto entrando en el de barrera, pero después leímos en la aplicación “Camper Contact” que a las 7:00am pasan a cobrar y a echarte de allí, ya que deben cerrarlo con unas verjas, así que nos quedamos algo más a gusto.
La temperatura había bajado bastante, así que esa noche tocó poner la calefacción al mínimo para que no se nos enfriara la perrilla.
29 de julio: Lago Braies – Lago di Landro – Passo Giau – Passo Falzarego (93,1km)
Pese a que tuvimos un grupo de chavales alemanes de cháchara hasta altas horas de la noche, dormimos bastante tranquilos.
Nos levantamos a las 7:30am y fuimos sin tan siguiera desayunar de nuevo al lago Braies con la intención de hacer algunas fotos mañaneras con poca gente, pero ay ilusos de nosotros, cuando llegamos ya había varias decenas de fotógrafos apostados por alrededor del embarcadero para captar esas primeras luces mañaneras.
No habíamos hecho una hora cuando comenzaron a llegar oleadas de turistas, así que volvimos a la AC a desayunar, hacer la cama y planear el día.
Desde la autocaravana pudimos contemplar la llegada de bastantes autobuses y como el enorme parking completaba su aforo para las 10:00 de la mañana.
Espantados por semejante horda turística agradecimos el haber podido visitar el lago el día anterior casi sin gente y, después de pagar los 20 eurazos del aparcamiento, pusimos rumbo hacia el lago di Landro, que nos había parecido un lugar interesante el día anterior.
Por el camino se pasa también por el lago di Dobbiaco, pero el día anterior habíamos intentado parar para echar un vistazo y la estrechez del parking y la inminente barrera de pago que te sale a visitar nos echó para atrás la primera vez y esta segunda…ni lo intentamos.
Llegamos al lago di Landro y, aunque había bastante sitio, aparcamos en un lugar apartado (46.630748, 12.229067), cogimos a la Maxi-Max y fuimos a dar una vuelta por allí.
El suelo del lago y alrededores del mismo es de lodo, pero al estar seco se hacía agradable para pasear, sobre todo para la perruquilla, que con sus 12 años agradece el suelo fino y sin piedras.
La estampa del lago con el monte Cristallo reflejado en sus aguas fue bastante idílica y nos dio para unas cuantas fotos.
Después dejamos a Max en la autocaravana y fuimos andando hasta un parking anterior desde el que se ven las 3 cimas de Lavadero, pero no habíamos aparcado por ser de pago y prohibir el estacionamiento de autocaravanas.
Por cierto, no lo hemos comentado pero el parking del lago di Landro es gratuito y no hay señales que prohíban la pernocta.
Para las personas a las que les guste llevar la bici puede ser interesante el dato de que hay una larguísima Vía Verde ciclable hasta el Lago Brais, que pasa por los demás lagos y poblaciones.
Organizando la ruta no habíamos encontrado información sobre este sitio, así que después de comer pusimos rumbo al Passo di Giau, más con intención de investigar la zona que con la de quedarnos a dormir allí, pero nunca se sabe.
Bajo un sirimiri cerrado cruzamos los pasos de Cimabanche y Giau, pasando por Carbonin y Cortina d´Ampezzo, lo que vienen a ser unas 90 tornantes, pero que a estas alturas de la película ya subimos con una mano y sintonizando la radio con la otra.
En el alto del Passo Giau hay un parking bien asfaltado, nivelado…pero privado, en el cual no se permiten Campers de 18:00 a 09:00. El resto de aparcamientos presentan un alto desnivel y un piso lo bastante roto como para desaconsejar el apostarse por allí demasiado tiempo.
Aparcamos en el parking del restaurante, merodeamos por la zona y al final, debido a los problemas de aparcamiento, desechamos una ruta que teníamos por allí cerca.
Una inminente tormenta nos dio para unas cuantas fotos bien chulas y cuando dieron las 18:00, como personas que acatan las normas (ay…que mayores nos estamos haciendo…), dejamos el lugar y pusimos rumbo a el Passo Falzarego por Colle Sta Lucía. El recorrido era más largo, pero queríamos conocer esa zona.
Finalmente, llegamos a lo que sería nuestro lugar de pernocta, el ya conocido Passo Falzarego (46.51937, 1200844) sobre las 19:30 con cerca de 180 tornantes para el cuerpo, pero una vez más, destacar que lo peor del recorrido es la falta de educación de los conductores italianos, de quienes no puedes esperar la menor intención de facilitarte el paso por su territorio.
En vista de los días que nos quedaban por aquí y sobre todo, de lo cansados que andábamos ya, decidimos que los días siguientes iríamos de “safari fotográfico”, es decir, recorreríamos los Passos en autocaravana para conocerlos, valorar su estado para aparcamientos, pernoctas y después merodear un poco por cada zona.
Para despedir el día, la tormenta nos regaló un bonito arcoíris de arco entero que duró bastante tiempo, haciendo las delicias de todos los que estábamos allí aparcados.
30 de julio: Passo Falzarego – Passo Valparola – Passo Gardena – Passo Falzarego (57,3km)
Una claridad poco esperada nos levantó antes que el despertador, así que aprovechando la ventana de buen tiempo que se nos ofrecía nos espabilamos, calzamos las botas, cogimos los palos y fuimos a investigar una pequeña ruta a la que le teníamos echado el ojo.
Saliendo del propio parking del Passo Falzarego, cruzamos la carretera y por detrás de la tienda de recuerdos cogimos el sendero que sube hacia Col Gallina.
Al principio comparte camino con otras rutas más transitadas y largas, pero la que a nosotros nos interesaba se desviaba hacia la derecha, paralela a los postes del telesilla y por la pista de esquí.
Sin mayor dificultad que la pendiente en sí, llegamos hasta el alto del remonte, donde pudimos ver en vivo y en directo una de esas famosas habitaciones rurales en plena naturaleza que se están empezando a ofertar: Starlight Room 360 Dolomiti (www.rifugiocolgallina.com).
Una pequeña caseta compuesta por 3 cubos (sala, habitación y wc), ofrece la posibilidad de dormir sobre un balcón en una habitación totalmente acristalada.
Seguimos subiendo hasta una caseta de servicio y después seguimos por un pequeño sendero junto a la ladera hasta que el camino fácil se acabó. A la derecha se abrían unos senderos que nos llevaron hasta unas trincheras y puesto de la I Guerra Mundial que colgaba literalmente de la pared.
Las puertas estaban cerradas con candados, por lo que no pudimos entrar en las galerías escavadas en la roca o ver cómo eran los puestos desde dentro, pero nos pudimos hacer una idea de las duras condiciones en las que tuvieron que vivir aquellos pobres infelices.
Unas nubes muy densas y de rápida evolución nos ayudaron a espabilar e iniciar el camino de vuelta a la autocaravana antes de que la inminente y anunciada lluvia nos atrapara, pero el tiempo se portó bien y hasta las 15:00 no pegó el primer trueno.
Tal y como habíamos planeado el día anterior, levantamos anclas y fuimos a investigar algunas zonas que no conocíamos demasiado bien, comenzando por nuestro vecino Passo Valparola.
Comenzamos a subirlo y en unos 2km llegamos a un aparcamiento metido en un agujero gigante lleno de campers y autocaravanas. Junto a él, además de un pequeño lago de montaña, se encontraba un museo de la I y II Guerra Mundial.
Seguimos bajando el puerto, atravesamos la población de S. Cassiano y en breve la de La Villa, en la que tuvimos que decidir si tirar hacia el Passo Campolongo o el Passo Gardena.
Por parecer más importante, nos decidimos por el segundo así que nos enfrentamos a lo que sería una subida un tanto complicada.
Las tornantes cogen bastante pendiente, obligándonos a meter primera en alguna de ellas. Si a todo esto le sumas cantidad de motos, bicis y coches italianos, podría decir que culminé el puerto con alguna cana de más.
Justamente arriba (46.549657, 11.809188) es posible pasar la noche por el módico precio de 5€, aunque no sabemos si pasan a cobrar o se paga en el refugio Frara.
Siguiendo hacia el telesilla del Passo Gardena hay otro parking (46.549704, 11.806867) en el que también se permite la pernocta por el módico precio de 6€. Al igual que en el anterior, no sabemos si hay que ir a pagar o pasa alguien por la mañana.
Nosotros dejamos la AC en el parking junto al refugio y fuimos a merodear, pero no habíamos hecho muchos metros cuando una tremenda chaparrada nos obligó a volver al abrigo de nuestra casita con ruedas.
La cosa iba para largo así que decidimos volver al ya conocido Passo Falzarego y poner fin a la excursión.
Bajando el Passo Gardena vimos que había otra zona de aparcamiento (46.550947, 11.816053) llena de furgos y autocaravanas, donde parecía que no cobraban por estar allí. El suelo era de gravilla y no parecía estar todo lo nivelado que desearíamos, pero bueno, es una opción.
Bajo una intensa lluvia que posteriormente daría paso a una densa niebla, llegamos exactamente al mismo aparcamiento del que habíamos salido, vecino incluido. Echamos el ancla, pusimos parasoles y nos planteamos si dar ya por concluida nuestra excursión por los Dolomitas.
Las previsiones para los próximos días eran pésimas, ya habíamos visto todos los puntos principales que teníamos previsto, también algunos secundarios y la pobre Max estaba echando en falta la comodidad de su sofá, así que terminamos el día trazando un plan de vuelta, porque estar por estar es tontería y fuera de este paraíso, las temperaturas no bajaban de 30ºC.
31 de julio – 2 de agosto: Passo Falzarego – Col du Lauteret – Fanjeaux – Home Sweet Home (1751,3km)
Sobre la vuelta no hay mucho más que contar. Dividimos el trayecto en 3 tramos pernoctando en sítios ya conocidos de cuando subimos y evitando en la medida de lo posible el tremendo calor que hay en Francia:
- Etapa 1: Passo Falzarego – Col du Lauteret (45.036226, 6.402247) (618,5km)
- Etapa 2: Col du Lauteret – Fanjeaux (AS N43.18623, E2.03243) (548km)
- Etapa 3: Fanjeaux – Home Sweet Home (584km)
Conclusiones:
Al principio del artículo no lo hemos comentado, pero en octubre de 2018 un terrible temporal de viento y lluvia ocasionó unos terribles destrozos por la zona, todavía visibles a día de hoy.
Nos resultó realmente impactante ver laderas enteras cubiertas por masas de árboles arrancados, cantidad de maquinaria pesada retirando montañas de grava y recuperando los cauces de los ríos.
Desde que lo visitamos en 2012 hemos agradecido el poder contar con conexión a internet en casi todos los sitios, lo que ha facilitado, no sólo el contacto con la familia, sino que hemos tenido continuo acceso a la cámara wifi que tenemos instalada en casa (Sricam SP017)y así vigilar que en casa todo seguía en orden.
En contrapunto, a diferencia de aquel viaje hemos notado que las autocaravanas no son muy bienvenidas en bastantes sitios, viendo continuamente carteles de prohibido campers y autocaravanas y las escasas áreas son relativamente caras para lo que ofrecen.
Es posible que el turismo de alto standing, visible por la notable afluencia de coches de lujo y los elevados precios de algunas zonas, les resulte más rentable a la gente de la zona y sea al que le están dando prioridad frente al tradicional montañero aventurero.
Pese a todo, la zona de los Dolomitas es, sin duda, uno de los grandes destinos que cualquier autocaravanista amante de la naturaleza debe visitar y, sabiéndose mover y buscar es relativamente fácil adaptarse y encontrar lugares mágicos en los que poder disfrutar de este patrimonio de la humanidad.
En memoria de Max
El pasado 8 de diciembre de 2019, nuestra inseparable Maxi-Max, después de un par de años luchando con uñas y dientes ante un tumor cerebral no pudo más y nos vimos obligados a verla marchar.
Amiga fiel, inseparable, incondicional y elemento esencial en nuestras vidas, nos regaló y enseñó muchísimas cosas, entre otras, el viajar en autocaravana.
Por ella cambiamos nuestra manera de visitar el mundo, ya que si élla no iba, nosotros tampoco y todo el mundo sabe lo complicado que es viajar hoy en día con un perro, así que por y gracias a nuestra Maxi-Max vendimos nuestra furgoneta, nos olvidamos de los vuelos comerciales, hoteles y nos aventuramos a conocer el mundo de una manera increible.
No vamos a extendernos demasiado, ya que todavía se nos caen los lagrimones al hablar de ella, pero si os vamos a dejar un artículo que hicimos con su historia, la de una increible compañera y maestra:
Cuando conduzco la autocaravana, en un gesto inconsciente y automatizado por todos estos años viajando juntos, todavía bajo la mano buscándote, para acariciarte mientras duermes entre los dos asientos. Adiós mi chiquitina, nuestra chiquitina…
Bibliografía
- Libro Alpes para todos II
- Mapa de carreteras de los Alpes franceses, italianos, austriacos, suizos y eslovenos
Gastos
- Peajes: 302,31€
- Gasolina: 536,88€
- Parkings y áreas de pernocta: 140,5€
- Cargas y descargas de aguas: 0€
- Telesillas: 111€
- Bus: 20€
- Comida, restaurantes, regalos: 47,35€
- Total: 1158,04€
Kilometraje
- Ida: 1.662,2 km
- Vuelta: 1.751,2 km
- In situ: 453,6 km
- Total: 3.867km
Marta
Hola!!
Muchísimas gracias por la información, me está siendo súper útil para hacerme una idea ya que este verano vamos a hacer un viaje, parecido al vuestro, en autocaravana. La única duda es, ¿Reservastéis en alguno de los cámpings o párkings? ¿O debes ir a la aventura y confiar que haya sitio?
Muchísimas gracias de antemano!
Un saludo 🙂
autocaravanerosviajeros
Hola Marta, gracias por tus palabras. Nosotros no reservamos nada, confiamos en que haya sitio. Tampoco solemos ir en pleno agosto que seguro que hay más dificultad. Al final reservar nos supone un estrés por tener que llegar al sitio en un día concreto y lo que nos gusta de viajar en autocaravana es la libertad de decidir cuándo, dónde y cuánto tiempo quieres estar en un lugar.
Un saludo.
Fina
Muchas gracias por el intinerario, nos será de mucha ayuda para completar la información que ya tenemos.
Compartimos muchas de las cosas que has comentado, porque también descubrimos los Dolomitas hace años a causa del calor que hacía más al sur de Italia y en un par de semanas queremos volver ya que la primera vez improvisamos bastante.
También empezamos a viajar en camper por nuestro perro Puskas, al que desgraciadamente tuvimos que decirle adiós hace unos meses, después de 14 años inseparables y, igual que a ti, a nostros también nos salen los gestos de mirar atrás a ver si está cómodo, sin caer en la cuenta de que ya no está. Se hace tan raro viajar sin él…
¡Un abrazo y buenas rutas!
Fina
autocaravanerosviajeros
¡Gracias por tus palabras! Nosotros estamos pensando volver por la zona de nuevo este año y ver lugares que se quedaron en el tintero. Con estos calores que estamos pasando va a ser de las pocas zonas donde se podrá estar este verano, ya veremos. ¡Buen viaje!
Montse
Muchas gracias por el post, nosotros vamos en furgo y no tenemos calefacción. Veis factible un viaje a los Dolomitas? La verdad es que es un viaje que nos encantaría hacer…
autocaravanerosviajeros
Hola Montse: la verdad es que durante el día, si hace bueno hasta hace bastante calor, por la noche refresca bastante pero si lleváis buenos sacos de dormir y pijama gordo por si acaso, no tendréis problema. Si veis que pasáis frío en los puertos, podéis bajar a los pueblos del valle que ahí hay más temperatura.
¡Ya me contaréis!
Lidia
Muchas gracias por vuestro relato! Siempre es de gran ayuda
Siento mucho lo de vuestra perra, nosotros también hemos perdido a dos perros y se echan mucho en falta ya que se quieren como uno más de la familia. Hay que quedarse con todo lo bueno que se ha vivido y aprendido de ellos. Muchos ánimos y saludos!
autocaravanerosviajeros
¡Gracias por tus palabras!