Con unas previsiones meteorológicas totalmente variables, pero con unas ganas terribles de escapar a algún sitio después de este interminable invierno, decidimos ir a visitar la zona de León, ya que somos grandes fans de Jesús Calleja y su programa Desafío Extremo y queríamos conocer las zonas montañosas de las que tanto habla en su programa. Teníamos puestas grandes esperanzas en la zona al ver en las previsiones del tiempo que era uno de los pocos sitios de la península donde se libraban de las incesantes lluvias de finales de abril.
Nuestra idea era ir al Camping de Riaño y pasar allí unos días de relax rodeados de un espectacular paisaje montañés y después realizar algunas rutas senderistas recomendadas por otro viajero autocaravanero del foro AC Pasión (Sarines64) y autor del blog Turleon-autocaravanista.
Después de intentar contactar con el camping sin éxito y no poder acceder a su página web (había desaparecido), nos hizo temer lo peor, pero aun así pusimos rumbo hacia allí, siempre con la esperanza de que en caso de estar el camping cerrado y ser fuera de temporada, pudiésemos pernoctar en alguna zona apartada.
Después de un viaje de tres horas y media bastante relajado y con poco tráfico llegamos a un paraje que nos hacía recordar aquella película el valle perdido o el paraíso encantado. Un puente corta el embalse de Riaño, rodeado por las espectaculares montañas de los Picos de Europa.
Antes de la gasolinera giramos a la derecha hacia el pueblo (en el que una señal advierte de la prohibición de pernocta de autocaravanas en todo el casco urbano) y cruzamos por el embarcadero, maravillándonos de las vistas que nos ofrece el macizo montañoso, sin divisar la señal de camping por ningún lado. Salimos nuevamente a la carretera general y decidimos parar para reubicarnos, casi al instante se nos acercó una patrulla de la Guardia Civil para preguntarnos si necesitábamos ayuda. Les explicamos la situación y muy amablemente se ofrecieron a subier ellos por una larga y estrecha cuesta hasta donde se encuentra el camping, para evitarnos el subir con la AC en caso de estar cerrado. Efectivamente, nos informaron de que el camping estaba cerrado. Parece ser que por unas facturas impagadas, a partir de ahora será adjudicado mediante concurso público a gente del pueblo para que lo abra en verano. Lo más sorprendente es que nos animaron a quedarnos en la zona del embarcadero o en un parking a la entrada del pueblo, ya que la normativa municipal prohíbe pernoctar en el casco urbano, pero que fuera de él, podríamos quedarnos sin problemas.
Muy agradecidos a los agentes por la ayuda, decidimos aparcar en un parking (N42º 58′ 31″ W5º 0′ 40″) que vimos a la entrada del pueblo, junto a la ermita, desde donde se pueden disfrutar de unas vistas increíbles.
Una vez asentados fuimos a dar una vuelta por el pueblo, pero se levantó un intenso viento helado que arrastraba nieve y hacía el caminar un tanto dificultoso.
Parapetados con nuestras ropas de invierno visitamos Riaño, siendo las únicas personas que deambulaban por la calle, aunque con la ventolera y la nieve que caía no era de extrañar.
Cuando ya decidimos que habíamos pasado bastante frio, volvimos a nuestra “casita”, donde pusimos la calefacción a tope y rehicimos los planes que teníamos previstos, ya que las previsiones meteorológicas habían cambiado drásticamente desde que las habíamos visto por la mañana.
La noche fue fría y agitada por los golpes de viento, pero aun así nos dieron las 09:00 de la mañana en la cama.
El panorama que teníamos para ese día era peor que el anterior con rachas de viento más fuertes todavía, así que decidimos poner rumbo a tierras más bajas y nos dirigimos al área de autocaravanas de la ciudad de León (N42º 36′ 17″ W5º 35′ 6″).
El área de autocaravanas se encuentra justo frente al Centro Comercial León Plaza, donde hay un Mercadona. El área es un parking asfaltado de pago para coches y gratuito 48h en la zona de aparcamiento de autocaravanas. Caben 8 AC y hay una arqueta con un grifo de agua. No hay zona de descarga de aguas.
Un poco más tranquilos y aposentados, dimos una vuelta turística por la ciudad visitando la catedral, el barrio romántico y la judería. Cansados de tanto deambular y viendo el poco ambiente que había por la zona, volvimos a nuestra AC para volver a analizar las cambiantes previsiones meteorológicas y sopesar alternativas.
La idea era pasar los dos días de mal tiempo en la ciudad para luego ir el miércoles a ver las catedrales que más nos gustan, las que forman los picos montañosos, pero por lo visto, había vuelto a empeorar el tiempo en la zona y hasta el jueves por la tarde daban lluvia, viniendo el buen tiempo para el próximo viernes.
Muy desilusionados y algo derrotados decidimos que para estar encerrados en la autocaravana 4 días, y con unas previsiones que no nos garantizaban el buen tiempo en ningún lado, pusimos rumbo a nuestra residencia de hormigón, ya que si hay que estar encerrados por el mal tiempo, que sea con todas las comodidades.
Como podéis ver ha sido un viaje un tanto fracasado y aguado, donde el autoengaño y las ganas de salir de nuestra cueva tras el largo periodo de hibernación nos ha hecho lanzarnos a una derrota segura, pero al menos hemos podido disfrutar de unas vistas increíbles y un paraje maravilloso, el cual ha hecho que mereciera la pena el intentarlo.
Esperamos poder volver a tierras leonesas y terminar el viaje preparado con más ganas y mejor tiempo.
maresco
Y en el barrio húmedo de León no había ambiente?
ac-viajero
Hola Maresco:
Pues no había mucho ambiente en general, igual fue por ser entre semana o por el tiempo pero bueno, ya volveremos.
Un saludo.
Anónimo
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Conrad
Soy de la opinión que en la vida de un viajero hay buenos y malos momentos, y es tan importante disfrutar de los buenos como aprender de los malos. Lamentablemente me he sentido muy identificado con esta escapada vuestra, en las que las ganas han podido más que las previsiones de mal tiempo. Ahora, después de muchos "tropiezos", consulto bien el parte metereológico antes de alir de casa 😉
Un saludo
ac-viajero
Sí, eso es cierto, ahora nos aseguramos más el tiempo y, por tanto, casi no salimos porque no deja de llover los fines de semana. En el norte tenemos simpre la txapela de nubes y lluvia…ains…