Durante muchos años hemos viajado por la costa o por ciudades, haciendo unas vacaciones más culturales, pero animados por el viaje que realizamos el año pasado a los Dolomitas (Italia), hemos descubierto otro estilo de vacaciones, alejado de las grandes multitudes y disfrutando del relax que ofrecen los parajes de montaña. Por ello este año 2013 decidimos viajar a los Alpes Suizos.
Nuestras fuentes principales han sido la web de Xanquete_22, los relatos de Eva Verdaguer (EvaV en el foro de ACpasión) y la fantástica y completa web de turismo de Suiza (http://www.myswitzerland.com) donde puedes pedir que te envíen catálogos de turismo o descargártelos directamente en pdf.
Vitoria – Thiers (Francia) (8 de julio, 745 km.)
Este primer día, debido a la gran distancia que debíamos salvar y siendo nuestro objetivo Suiza, volvimos a desoír nuestros dos consejos principales:
- Nada de largas distancias de un tirón.
- La menor autopista posible.
Desde la última vez que pasamos por aquí, es decir, unos dos años, han añadido nuevos peajes y para colmo, el precio de los que había se han incrementado en un 10%. Se aprovecharon de que íbamos con prisa por subir, pero la vuelta…sería otro cantar.
Después de un largo y aburrido día de conducción, pernoctamos en el área gratuita junto al camping municipal (13,5€/noche) que se encuentra a 5 km de Thiers.
El AS cuenta con suelo de hierba bien nivelado y con bastantes árboles. También hay un lago cercano donde es posible bañarse y pasear alrededor.
Las coordenadas del área son: N 45º 52´ 16” – E 03º 29´ 03”
Thiers – Chamonix (9 de julio, 349 km)
Después de una plácida noche y barajar las opciones del viaje que teníamos por delante, decidimos seguir por autopista, ya que eran 7h vs 4h. Agarramos los bártulos, preparamos la visa y volvimos a la hastiosa lengua de asfalto.
Advertiros que en los tres últimos peajes no admitían pago con visa, pero si 6000 o efectivo.
Alrededor de las 15:00 llegamos al área de autocaravanas de Chamonix y aparcamos justo debajo del cable del teleférico que al día siguiente nos subiría hasta los 3800 m. de altura que tiene el Aiguille du midi.
En Chamonix fuimos en busca de la oficina de información que estaba en el pueblo, cerca de una iglesia (ojo, no es el chiringuito junto al teleférico) ya que hay wifi abierto y así pudimos poner al día nuestra vida virtual (que triste esta dependencia tecnológica que hemos desarrollado…).
El pueblo es bastante bonito y merece la pena perderse un poco por sus calles y ojear las innumerables tiendas de montañismo con interesantes ofertas.
Las coordenadas del área son: N 45º 54´ 57” – E 06º 52´ 18”
Precio: 12,5€/día
Chamonix (10 de julio)
Este tercer día nos levantamos a las 06:30 para ponernos en marcha cuanto antes. Sobre las 07:45 ya habíamos adquirido el billete ida y vuelta al Aiguille du Midi (3842 m). El precio del billete es de 50€/persona y posibilita la vuelta por el teleférico o por el tren cremallera de Montenvers.
Es conveniente levantarse pronto para no encontrarse con demasiadas colas y poder aprovechar la mañana para la visita, ya que hacia primera hora de la tarde el tiempo suele cambiar y entran nubes e incluso se forman tormentas.
Dos teleféricos después ya estábamos arriba, pero el ascensor que sube hasta la antena estaba estropeado, por lo que no pudimos subir hasta la punta de la estación, pero las numerosas terrazas fueron suficientes para tenernos allí más de hora y media haciendo fotos, ya que las vistas de los Alpes y el famoso Mont Blanc son espectaculares.
Después maravillarnos con el paisaje y ver una exposición sobre deportes extremos en el Mont Blanc, descendimos hasta el primer tramo de teleférico, el de Plan de l´Aguille (2317 m), desde donde iniciamos nuestra ruta a pie hasta Montenvers (1913 m) donde visitaríamos el denominado “Mer de Glace” (Mar de Hielo), el glaciar francés más grande (7 km de largo y 200 de espesor) a la que se puede acceder a través de una excavación en el interior.
A estas cumbres suben cantidad de montañeros y escaladores experimentados y es una gozada ver cómo descienden por las aristas o escalan las paredes de piedra. También se pueden apreciar a lo lejos puntos de colores sobre la nieve. Son las tiendas de campaña de los que han pasado la noche en el paraíso helado.
La ruta no es muy complicada, pero hay que tener en cuenta que es alta montaña y es conveniente llevar calzado adecuado, bastones, avituallamiento y bebida. Está marcada en 2h 30 m, pero entre fotos y bocata a nosotros nos llevó 4h. Cuando has realizado 2/3 del camino hay una indicación que te posibilita seguir la ruta por dos caminos, uno que sube hacia arriba u otro que va más abajo. La segunda opción es más sencilla, pero más fea, mientras que la primera es espectacular pero el camino de ascenso se las trae, es durillo para el que no está acostumbrado a hacer mucho ejercicio, pero con un poco de paciencia y descansos, se llega.
Por el camino te vas encontrando con preciosos riachuelos, pequeñas cascadas, alguna marmota escurridiza y placas explicativas sobre la historia de la zona, antiguos montañeros o descubridores y notas sobre las cimas que nos rodean.
Cuando llegamos a Montenvers nos encontramos con montones de turistas, y como no, restaurantes y tiendas de souvenirs. Después de descansar en unos bancos con vistas a la lengua glaciar, fuimos a visitar gratuitamente la cueva de hielo. El descenso se realiza primero en un teleférico también gratuito y luego bajando un tramo de 480 escalones donde te van indicando el nivel de la lengua de hielo por años, así puedes ver el gran retroceso que está provocando el calentamiento global.
Dentro de la cueva hay figuras de hielo rodeadas de luces de colores, también puedes sacarte una foto con un perro San Bernardo. Merece la pena ver esta cueva, es una maravilla, lo único malo es la vuelta…los escalones se hacen eternos después de 4 horas de ruta. Acabamos con los pies hechos trizas y lo peor serían las agujetas del días siguiente…ains…
La vuelta a Chamonix la hicimos en el famoso tren cremallera rojo que sale de la estación de Montevers que está junto al Mer de Glace.
Sobre las 16:00 llegamos a la estación de tren de Chamonix, donde también hay wifi gratis, y después de dar envidia a los amigos a través del facebook, volvimos a la autocaravana, justo en el momento en que empezaba a llover. Se formó una tormenta en muy poco tiempo, es lo que tiene estar en la montaña.
Chamonix – Martigny – Col du Grand Saint Bernard (11 de julio, 78 km.)
Nos levantamos relativamente pronto, cargamos y vaciamos aguas y pagamos los 25€ correspondientes a los dos días que habíamos pasado. A unos 300 metros hay un mini-market Carrefour donde echamos gasoil justo antes de poner rumbo a Martigny.
Aparcamos cerca de la estación de tren, donde cambiamos euros (€) por francos suizos (CHF) y compramos el Swiss Half Price, que cuesta 120 CHF y durante un mes, en todo transporte público y teleféricos pagas la mitad. Antes de abandonar Martigny compramos la viñeta (40 CHF) que permite usar las autopistas en una gasolinera que está a las afueras. No íbamos a cogerla para viajar por generales, pero conociendo a nuestro querido Tom Tom, no nos quisimos arriesgar.
Con los deberes hechos fuimos a Col du Grand Saint Bernard, una carretera estrechita y con un último tramo que te hace recordar que circulas por carretera de alta montaña, estamos a 2473 metros de altura!.
Es frontera con Italia y debido a la nieve, la parte italiana no suele estar abierta hasta mediados de junio. La zona es espectacular, rodeada de montañas y con un lago glaciar, además de ser paso histórico, ya que por allí cruzó Hannibal con sus tropas y elefántes o Napoleón en 1800.
Como en toda zona turística, había algunos restaurantes y tiendas de souvenirs, a parte del albergue.
Después de un pequeño paseo visitamos el museo que hay en homenaje al perro San Bernardo. El chico de la taquilla resultó ser de Pamplona y trabajaba en el albergue que hay al lado del lago de voluntario. Muy amable nos hizo de guía y nos explicó que en el museo tenían unas variedades del San Bernardo, pero las crías estaban en Martigny. Debe ser una línea muy apreciada, costando cada cachorro unos 2000€. También nos habló de la Vía Francígena, que es el equivalente al Camino de Santiago de esta zona.
Si queréis más información sobre la Vía Francígena podéis visitar sus páginas:
Raúl, que así se llama este chaval, nos comento que no había problema en pernoctar allí con la autocaravana, pese al cartel de “limitado estacionamiento a autocaravanas” (Duree Limitee).
Así que pasamos allí la noche con toda tranquilidad y ante un atardecer de película.
Al otro lado del lago, en la zona italiana, se ve un parking donde tampoco parece que haya problemas para pasar la noche.
Las coordenadas del párking son: N 45º 52´ 07” – E 07º 10´ 12”
Grand Saint Bernard – Chillon – Gruyere – Le Moleson (12 de julio, 133 km.)
El 5º día nos levantamos sobre las 07:00 ya que nos acostamos prontito (hacía bastante frio fuera, y no invitaba a pasear).
Dejamos el paraíso para volver a la ruta turística, siendo nuestro primer destino el castillo de Chillón (horario: 09:00 – 19:00). Aparcamos en lo que parecía una zona gratuita pero limitada a 4h (N 46º 24´ 46” E 06º 55´ 47”). La entrada al castillo fue de 12 CHF/persona + 6 CHF el audio guía.
El castillo de Chillon, ubicado sobre una roca a orillas del lago de Ginebra, es uno de los edificios de carácter histórico más visitados de Suiza. Durante casi cuatro siglos fue la residencia de los condes de Saboya y un lucrativo puesto de aduana.
Visto el «château» y después de pasear con el perro por el lago, pusimos rumbo a la fábrica de chocolate Nestlé en Broc. La entrada cuesta 10 CHF (antes era gratuíta) y es guiada – automática (castellano), te van llevando de sala en sala mientras te van contando la historia de chocolate a través del tiempo. Al finalizar el recorrido hay una degustación de chocolates, pero al no llevar botellín de agua, nos fue difícil amortizar lo pagado por la visita. Aun así, dejamos el pabellón bien alto…jajaja. Y como siempre, al final de la visita acabas en la tienda rodeado de montañas de disitintos chocolates y recuerditos le la fábrica.
La impresión ha sido de “caro por lo que ves”, así que si no tenéis especial interés, es prescindible. El horario de visita es de 09:00 – 17:00.
Por cercanía fuimos a Gruyere (N 46º 34´ 46” E 07º 04´ 40”), a visitar la fábrica de quesos. La entrada son 7 CHF, y se puede visitar de 09:00 – 19:00, pero la producción se ve solamente hasta las 12:30, así que no entramos (eran las 17:30 aprox). El parking de la fábrica parece un buen sitio de pernocta, pero como era pronto, fuimos a visitar el pueblo. Dejamos la autocaravana en el primer parking, donde pone prohibido ACs de 23:00 – 07:00, aunque hemos oído que no hay problemas para pasar la noche.
Dimos un garbeo por el bonito pueblo que tiene como curiosidad el museo HR Giger, creador de los efectos especiales de la película Alien, y una cafetería totalmente ambientada en la nave de la película.
Finalizada la visita a Gruyere, nos acercamos al parking de la estación de “Le Moleson”, donde hay dos teleféricos que te suben a la cima, ofreciendo una vista increíble de los Alpes. Cerca del parking hay una pequeña tienda que vende su producción de queso al estilo tradicional o queso alpino. Tiene unas mesitas y un minizoo con gallinas, conejos, etc.
Para los más osados, hay una especie de parque de atracciones “rural”, donde se pueden realizar descensos por pistas de hierba con unos patinetes 4×4 o unos coches sin pedales, al igual que una especie de montaña rusa compuesta por un trineo y unos raíles.
El parking es grande y con unas vistas mil veces mejores que las de las dos opciones anteriores (parking de la fábrica de queso o parking de Gruyere), por lo que nos quedamos allí a pernoctar.
Las coordenadas del parking son: N 46º 33´ 39”- E 07º 02´ 14”
Le Moleson – Kandersterg (13 de julio, 89 km.)
La noche fue muy tranquila en el parking del teleférico de «Le Moleson», y además, dormimos acompañados por otra autocaravana.
Bien desayunados y preparados con nuestra ropa y material de trekking iniciamos el ascenso a Le Moleson. El primer tramo hasta Plan-Francey se hace en un tren cremallera que asciende casi vertical y 19 CHF cuesta ida y vuelta. Si se quiere subir hasta la cima (2.002 m.), hay que coger un segundo teleférico y cuesta 22 CHF. Nosotros cogimos la opción C, que es hasta la cumbre, ida y vuelta, y cuesta 32 CHF (la mitad con el Swiss half Price).
Cuando subimos el primer tramo, vimos que la cumbre estaba cubierta, por lo que dimos un paseo por la zona, hasta una pequeña casa de montaña. Como no despejaba, decidimos subir.
En la cumbre hicimos los dos recorridos más sencillos, uno hasta la pirámide que marca la cumbre por el lado derecho de la estación del teleférico y otro que va por el cresterío hasta una cruz. También visitamos la estación meteorológica. Las vistas son impresionantes, solo que con la intensa niebla que subía del valle, casi no pudimos apreciarla como nos hubiese gustado. En días despejados, este «balcón prealpino» ofrece una vista de conjunto de la Suiza francesa hasta los Alpes de Berna y del Valais, desde el Mont Blanc hasta la región de los tres lagos. Aún así, mereció la pena la excursión.
Tanto en Plan-Fancey como en la cima, hay restaurante con terraza y fantásticas vistas, pero como teníamos comida preparada, bajamos a la AC a comer.
Después de comer visitamos la quesería alpina que está al lado del parking, donde, como no, compramos unos quesos denominación de origen Gruyére, los cuales, curiosamente no son los de agujeritos (que engañados hemos vivido hasta ahora…jajaja).
Finalizada la visita pusimos rumbo a Kandersterg, desde donde sale un remonte que da acceso a un lago patrimonio de la UNESCO, el lago Oeschinesee.
Una vez allí la sensación es que el pueblo ha surgido en torno a este atractivo turístico, ya que todo lo que lo rodea son hoteles y parkings de pago, donde las autocaravanas no pueden aparcar de 22:00 a 07:00.
Al no encontrar otra opción, fuimos al camping Rendez-vous (otros compañeros autocaravaneros había pernoctado allí), que se encuentra junto al teleférico…bueno, está debajo!. El camping es pequeño pero tiene unas vistas a las montañas espectaculares. Lo peor, la sensación “saca-dineros”: 3 CHF por media hora de wifi, 1 CHF 3 minutos de agua caliente en la ducha (tarda casi 1 minuto en calentarse…) y 35CHF una noche (perro incluido). Al menos el agua caliente de los lavabos era gratis y me pude afeitar. También aprovechamos para llenar todos los bidones, botellas y botellines de agua.
Fuimos a dar una vuelta por el pueblo y nos encontramos con un campeonato de hípica, por lo que estaba todo a tope de gente y caballos.
Las coordenadas del camping son: N 46º 29´ 48” – E 07º 41´ 01”
Precio del camping Rendex-vous por 2 personas y autocaravana: 32 CHF (sin luz) + 3 CHF por el perro.
Kandersterg – Lauterbrunnen (14 de julio, 53 km.)
Nos levantamos pronto por la mañana como ya iba siendo costumbre, que aquí en Suiza son muy madrugadores. Pagamos el camping y como le comentamos al dueño nuestra intención de ir a visitar el lago y luego marchar, nos dio un papelito que nos autorizaba a dejar la autocaravana en uno de los laterales del camino de entrada al camping, marcado como “parking camping” y así nos evitábamos pagar el parking del teleférico.
Sacamos los tickets para las cabinas que te suben al lago Oeschinesee, incluído uno para nuestra perrita, y una vez arriba, en escasos 20 minutos (2 km aprox) llegamos al lago Oeschinesee por un camino facilito y bien marcado.
La zona es de gran belleza, el lago está rodeado de montañas nevadas y vacas suizas, típico paisaje. También hay unos cuantos restaurantes y gente haciendo barbacoas o bañándose en el lago, aunque para mi gusto, el agua estaba un pelín fría… Hicimos un poco de senderismo por los alrededores del lago y después recorrimos una pista que asciende hasta Heuberg, donde pasas por una preciosa cascada y llegas un poco más lejos a dos refugios. Por esta zona vas viendo el lago desde arriba y por el camino te vas encontrando con esculturas talladas en los troncos del bosque.
Volvimos al lago sobre el medio día y la cantidad de gente se había incrementado considerablemente. Los restaurantes tampoco daban a vasto.
Nos comimos nuestros bocadillos remojándonos los pies en el lago y volvimos a la autocaravana, para poner rumbo a nuestro próximo destino: Lauterbrunnen.
Una vez allí fuimos al camping Jungfrau, donde teníamos la intención de pasar tres noches para hacer varias excursiones por la zona y sobre todo, visitar el famoso pico Jungfraujoch, el llamado «Techo de Europa», desde donde se divisan las preciosas cimas del Eiger, Mönch y Jaungfrau (4158 m) así como la lengua glaciar más larga de los Alpes, Aletsch.
El camping es bastante bueno y grande (5 estrellas), con buenos servicios y lo mejor de todo, unas vistas increíbles, ya que grandes cascadas rodean el camping, además de un río la mar de caudaloso.
Una vez situados en nuestra parcela, fuimos a información y una chica muy maja que hablaba español nos enseñó lo interesante que había por la zona y allí mismo cogimos los tickets para subir al Jungraubahn (Top of Europe) ya que nos dijeron que el tiempo iba a acompañar. El billete i/v cuesta 160 CHF, pero con el Swiss Half Price son 80 francos. En tres viajes ya hemos amortizado el pase!!
Las coordenadas del camping son: N 46º 35´ 16” – E 07º 54´ 35”
El precio por noche es de 54,50 CHF (autocaravana, 2 adultos, perro y luz).
Lauterbrhunnen – Jungfraujoch – Lauterbrunnen (15 de julio)
El 8º día tocaba conocer la estación de tren más alta de Europa que te sube hasta el Jungfraujoch (3454 m) por el interior de la montaña.
El recorrido del ferrocarril de montaña Jungfraubahn se extiende desde Kleinen Scheidegg hasta Jungfraujoch, superando así 1400 m de altura en un trayecto de 9 km de extensión, que incluye más de 7 km de túneles.
Los trenes comienzan a funcionar a las 07:07 am con una frecuenca de ½ h. El recorrido es de casi dos horas, por lo que pusimos el despertador a las 6:00 am. Por problemas técnicos nos levantamos a las 6:30 am, pero pese al contratiempo llegamos a tiempo a la estación a la hora prevista (se tarda unos 15 minutos en llegar desde el camping Jungfrau). En la vía 04 cogimos el tren de las 8:07 am como siempre rodeados de hordas de japoneses que sacaban fotos hasta de las piedras del suelo (qué pasión!).
Los tickets que habíamos adquirido el día anterior eran de ida y vuelta, por lo que no teníamos que preocuparnos por nada.
Como nota informativa, comentar que el inicio de la construcción de esta obra de ingeniería fue el 27 de julio de 1896, finalizando el 21 de febrero de 1912 con la estación del Jungfraujoch. Como celebración de los 100 años de su finalización, nos dieron unos pasaportes para poder sellarlos al llegar a la última estación.
Después de 2 horas de implacable escalada por raíles, llegamos a la última estación, que nos dejó a la friolera de 3454 m de altitud. Esta estación era como un centro comercial, montones de cafeterías, tiendas de regalos y galerías con exposiciones. Hicimos el recorrido por todas las terrazas y subimos por el ascensor que lleva al observatorio, donde hicimos innumerables fotos de las vistas hacia el glaciar y el Jungfrau.
Todo estaba plagado de japoneses, dificultando incluso el deambular por ciertas zonas, por lo que pusimos rumbo al que era nuestro principal objetivo, el refugio que se encuentra a unos 45 minutos de la estación.
Se trata de una travesía relativamente sencilla aunque cuesta un poco más de lo habitual por estar a esa altitud pero merece la pena porque puedes disfrutar de las vistas de la convergencia de tres lenguas de hielo por un inmenso valle glaciar y pisar nieve a esa altura. Pese a estar casi a 4000 m de altitud, rodeados de hielo y nieve, en las zonas donde no pega el viento hace hasta calor. Aunque parezca increíble, había gente que hacía la ruta con deportivas e incluso zapatos tipo italiano…y nosotros con crampones para el hielo…
Unas 40 fotos después, llegamos al refugio Mönchjoch (3640 m). Es una zona donde duermen los escaladores y montañeros que realizan rutas más complejas. Por eso es habitual ver entrar y salir gente con material de escalada y crampones. Allí hay una pequeña cafetería donde puedes disfrutar de las vistas con un caldo calentito.
Después de ver el refugio, volvimos por donde habíamos venido, y era tal la inmensidad del paisaje, que decidimos quedarnos a comer nuestros bocatas frente al glaciar.
De vuelta en la estación, nos alucinó ver que aquello era un hervidero multirracial. Sorprende ver a hindús en chanclas por la nieve o a los japoneses con las “all Star” empapadas alucinando con el entorno.
Visitamos la cueva de hielo y la última terraza antes de volver al camping.
La zona que nos rodeaba era tan bonita, que valoramos quedarnos algún día más, pero la llegada de una autocaravana de “prolíficos” y muy mal educados franceses que aparcó a nuestro lado en el camping, hizo que decidiésemos no salirnos del plan establecido dejando nuestra estancia prevista de 3 noches en 2.
Lauterbrunnen – Ballengerg – Engthlensee (16 de julio, 65 km)
Recogimos los bártulos, llenamos y vaciamos aguas a nuestra auto y fuimos a recepción para pagar los 109 francos por las dos noches y sacar los tickets para visitar las cascadas Trümmelbachfälle, cuyo precio es de 11 CHF, pero por estar en el camping, no salió un franco más baratas.
Los Saltos del Trümmelbach son considerados como la mayor cascada subterránea de Europa de origen glacial. Están conectados con el exterior por medio de un ascensor, galerías, un túnel, además de senderos y plataformas.
Dejamos la autocaravana en el parking y visitamos las cascadas en una hora aproximadamente. Después cogimos a nuestra perrita y cogimos un sendero que hay frente al parking para ver el paisaje del valle, el río y las cascadas de Lauterbrhunnen. Desde lo alto de las paredes del valle se puede ver a gente practicando el vuelo wingfly.
Después de maravillarnos por el paisaje de la zona, pusimos rumbo a Ballenberg para visitar el Freilincht Musseum Ballenberg (N 46º 45´ 00” E 8º 05´ 52”). Es el museo Suizo al aire libre de casas y dependencias rurales. La entrada cuesta 22 CHF, pero al presentar la tarjeta del camping con fecha de ese día nos ahorramos 2 francos.
En la década del 70 del siglo pasado se dejó de demoler las antiguas casas de campesinos, establos, hornos o graneros cada vez que había que construir algo moderno. Y en vez de su total destrucción, se los comenzó a desmantelar piedra por piedra para reconstruirlos posteriormente en el Freilichtmuseum Ballenberg (Museo al Aire Libre Ballenberg).
Es un lugar enorme, lleno de casas antiguas típicas de la zona, más de 250 animales domésticos y artesanos y campesinos que siguen trabajando con herramientas tradicionales cuyo trabajo se puede ver en vivo y en directo. La visita es muy recomendable pero se necesita un día entero por lo menos para verlo bien.
Después de casi 4 horas andando, salimos del museo (cierra a las 18:00) y aprovechamos el wifi libre que hay junto a la taquilla de la entrada para informar a nuestras familias de que seguíamos vivos.
En el parking del museo ponía que estaba prohibida la acampada, pero nada sobre las autocaravanas, por lo que valoramos el dormir allí, pero finalmente, como eran todavía las 18:00 y no había mucho más que hacer por allí, pusimos rumbo a la que sería nuestra siguiente excursión: La ruta de los tres puertos. Al descender por la carretera vimos un pequeño párking de tierra a la derecha donde había una autocaravana que parecía tener intención de pernoctar allí así que podría ser un buen sitio.
Marcamos en nuestro GPS Engstlenalp (N 46º 46´ 30” E 8º 20´ 43”), un lugar recomendado por EvaV en su relato y que por las fotos, parecía un paraíso que no había que dejar pasar y donde podríamos pernoctar. Continuamos nuestro camino hasta Engstlenalp por una carretera más o menos decente pero después tuvimos que dejar la carretera principal para iniciar el ascenso por un puerto muy estrecho y vertical. Por esa carretera sólo cabe un vehículo, por lo que íbamos rezando para no cruzarnos con nadie hasta llegar a los pequeños arcenes preparados para ello. Tras unos 5 km de viaje llegamos a una barrera de peaje, ya que se trata de un entorno natural privado. Nos cobraron 15 CHF por pasar y otros 8 CHF por pasar la noche. Desde la barrera recorrimos otros 9 km de sinuosa carreta para llegar a un parking donde termina el camino pero el recorrido es precioso: riachuelos, campos llenos de flores, vacas y alguna marmota.
La zona es espectacular. Se trata de un valle de montes nevados que rodean un lago glaciar, desde donde se puede ver el pico del Titlis (3229 m). El lago se encuentra a unos 500 m desde el parking y alrededor hay algunas casitas, restaurantes y hotel al estilo suizo. Nuestro pensamiento fue que eran los 8 CHF mejores invertidos en una pernocta.
Después de un paseo por la zona y disfrutar de las marmotas comunicándose entre ellas, nos retiramos a dormir.
Ruta de los tres puertos (Sustenpass – Furka pass – Grimsel pass) (17 de julio, 102 km)
Después de una noche tranquila y fría y con la visión de nuestro anciano vecino autocaravanero en pelota picada asomando por la puerta de su casita móvil (bueno, llevaba sólo una camiseta, porque la mañana era fresca…), hicimos un trekking alrededor del lago hasta el Sesselbahn Talstation, es decir, teleférico que asciende al Tittis, aunque no lo cogimos, ya que teníamos un largo día por delante.
De vuelta en la autocaravana pusimos rumbo al glaciar Steingletscher. Para ello ascendimos por el puerto Suntenpass hasta un parking bastante amplio junto a la carretera (N 46º 43´ 51” E 8º 25´ 38”). Si os interesa, se puede pernoctar allí sin problema. Nos metimos por un cruce que hay a la derecha, sacamos un ticket de 4€ y subimos hasta el parking donde está el último glaciar ya que un poco antes hay otro pero es un poco más soso.
Se puede subir andando en 1h 30 m hasta allí y ahorrarse los 4€, pero como tenemos muchos trekkings tanto hechos como por delante, optimizamos el esfuerzo. Dimos unas vueltas por allí maravillándonos con el paisaje nevado y vimos un grupo de gente que subía hacia un refugio en lo alto de la montaña. Había bastante gente comiendo con las mesas y las sillas de camping puestas en los alrededores así que nos quedamos también a comer allí.
De vuelta en la autocaravana pusimos rumbo a nuestro próximo destino, la presa de Göscheneralp, donde cogimos otra de esas carreteras que te tensa todos los nervios del cuello. Subes y subes sin descanso por el enrevesado plato de espaguetis, denominado carretera. Una vez arriba el paisaje es increíble, y hay varios restaurantes. La cantidad de coches que vimos allí aparcados nos hizo darnos cuenta de la suerte que habíamos tenido al cruzarnos solamente con 3 y un autobús.
Las coordenadas del sitio son N 46º 38´ 55” E 8º 30´ 32”. Os recomiendo quedaros en el primer parking, antes del restaurante, ya que el 2º está bastante lleno y luego viene otro con gravilla y muy bacheado (donde aparcamos nosotros sudando la gota gorda).
Sinceramente es un sitio bonito, con una presa y un lago rodeado de montañas nevadas pero, en nuestra opinión, no merece la pena el esfuerzo de subir hasta allí, ya que parajes como ese habíamos visto y veríamos mil por la zona.
De nuevo en carretera y tras pelear con las curvas del Furkapass llegamos al Hotel Belvedere, donde hay un pequeño parking (N 46º 34´ 37” E 8º 23´ 16”) para ver el Glaciar Rhonegletscher, donde nace el río Rhöne.
El acceso está atravesando la tienda de recuerdos que se encuentra entre el parking y el glaciar. Cobran 7 CHF por acceder así que, un poco asqueados por la sensación de “pague por todo”, vimos el glaciar desde el balcón que hay a la izquierda de la tienda, sacamos alguna foto y nos marchamos. ¿Cómo se puede cerrar un acceso a un espacio natural como ese y sólo poder verlo pagando? Es increíble…
Después del chasco nos dirigimos hacia el tercer y último Pass de la excursión de ese día, el Grimsel Pass, donde los hoteles tienen unos parkings donde la pernocta es posible por el módico precio de 10 CHF.
El puerto de montaña Grimselpass comunica los valles Haslital, en Berna Oberland, con el Goms, en el Valais y se caracteriza por las paredes de granito y la presencia de presas y centrales eléctricas.
El parking del primer hotel tras subir el puerto nos pareció un poco cutrillo, así que pusimos rumbo al perteneciente al hotel Alpenrösli. Justo a la izquierda está la carretera para hacer el Grimselwelt Panorama, que es de única dirección y llega hasta la presa Oberaarsee. La circulación está regulada por un semáforo, el cual a las horas en punto da permiso para subir y a las y media para bajar. El semáforo dura abierto 10 minutos y está calculado para que de tiempo a llegar a la presa y no haya problemas de tránsito.
El parking estaba junto a una zona increíble, el lago helado Totensee o Lago de
los muertos, cuyo nombre deriva de la época de las Guerras Napoleónicas (2160 m), por lo que decidimos pasar allí la noche.
Las coordenadas del sitio son: N 46º 33´ 38” – E 8º 20´ 11”
Grimsel pass – Saas Fee (18 de julio, 88 km)
Según las previsiones meteorológicas, ese día iba a llover… y acertaron. Según caía la noche, el precioso cielo azul se iba llenando de nubes negras de tormenta. Con esa previsión, habíamos reservado el día siguiente para realizar las casi 2h de trayecto que teníamos hasta Saas-Fee.
En el parking donde dormimos había un cartel que ponía que la noche eran 10 francos, pero como nadie vino a cobrárnoslos, arrancamos la autocaravana para ponernos a la cola del semáforo que permite el acceso al Grimsewelt Panorama y que está junto al parking. Es un trayecto gratuíto y tiene unas vistas a los graciares espectaculares, merece la pena si pasáis por allí.
No llegamos hasta el último parking junto a la presa del glaciar Oberaarsee, porque al ver coches aparcados en el parking de arriba (N 46º 32´ 57” E 8º 16´ 39”) nos llevó a pensar que ahí se acababa el trayecto, pero si seguís la carretera, llegareis hasta una amplia explanada donde es posible la pernocta (N 46º 32´ 54” E 8º 16´ 34”). Las numerosas furgos y autocaravanas allí aparcadas nos lo confirmaron.
Después de la visita y con la lluvia amenazando, nos dirigimos a Saas-Fee, «La perla de los Alpes», que está a 1800 de altitud y está rodeada de 18 cumbres. Es un pueblo muy turístico y hay bastante gente. En invierno es una importante zona de esquí. Queríamos visitar el pico Spielboden (2449m) donde la atracción principal es dar de comer a las marmotas.
Llegamos al Área Servicios de Saas Fee (N 46º 06´ 36” E 7º 55´ 59”), una explanada de hierba bastante nivelada que cuenta con carga y descarga de aguas, tanto grises como negras y unos servicios con ducha y agua caliente. Al entrar en el área hay una barrera donde se saca un ticket y se paga antes de salir en las máquinas habilitadas para ello en la planta 0 del parking. La noche cuesta 26 CHF y las vistas son bastante bonitas, aunque detrás está la torre de parkings. La circulación por Saas-Fee está restringida a vehículos eléctricos, por ello es obligatorio dejar el coche en los parkings de pago de la entrada.
Después de montar el chiringuito, dimos una vuelta por el pueblo para localizar los teleféricos y comprar algo de comida. Si vais hasta el teleférico del fondo (25 minutos aprox), a la altura del río a la derecha, hay unas marmotas que se acercan a comer de tu mano. En la entrada del pueblo está la estación de autobuses y a la derecha se llega a la oficina de turismo. Un poco más abajo hay unas construcciones que recuerdan mucho a los hórreos gallegos. Es muy curioso ver los vehículos eléctricos que circulan por allí, muchos de ellos llevan campanillas para poder oirlos cuando se acercan ya que no hacen nada de ruido.
Como en cualquier pueblo turístico que se precie, hay mucha animación, tiendas de regalos, de deporte, hoteles y restaurantes por doquier…todo al estilo alpino.
Merodeando por allí encontramos un par de líneas de wifi abiertas, gracias a las cuales pudimos acceder a las desalentadoras previsiones meteorológicas para los tres días siguientes, así que volvimos a la AC para reorganizarnos.
La excursión estrella de la zona es el pico Allalin (3500m) donde hay un restaurante giratorio, y una segunda opción que era subir al Spielboden (2449m) donde hay infinidad de marmotas que se acercan a comer de tu mano, pero el tiempo y la altura de las nubes decidirían que hacer o a cual subir.
Las coordenadas del área de pernocta de Saas-Fee son: N 46º 06´ 36” – E 7º 55´ 59”.
Saas Fee (19 de julio)
El 12º día de nuestro viaje llovió…y bien, hasta ahora habíamos tenido mucha suerte y muy buen tiempo. No somos de los que nos amedrentamos ante la lluvia, así que cogimos los chubasqueros y nuestro gigantesco paraguas amarillo y fuimos a recorrer las calles de Saas-Fee. Compramos unas macetas donde se supone que salen unos Edelweese para regalar a la familia (hace ya un mes que volvimos del viaje, y la planta…no asoma por ningún lado, así que creo que nos timó el vendedor). También aprovechamos para realizar unas compras en el Coop y gorronear un poco más la línea de wifi abierta que se encuentra cerca de la iglesia, frente a la escuela de Snow-Ski.
De vuelta en la autocaravana, como no había mucho más que hacer cambiamos las aguas a la autocaravana y dejamos los deberes hechos.
Por la tarde se abrieron grandes claros, así que fuimos dando un paseo hasta el último teleférico (Skyinn).
Como dato os diré que podéis subir al pueblo desde el área por un camino y unas escaleras un tanto verticales que hay al lado de los baños pero una opción más cómoda es meteros en el parking de enfrente (al comenzar a subir hay un paso) y coger el ascensor hasta la 6ª planta.
Saas Fee – Täsch (20 de julio, 38 km)
Nos despertamos con un increíble día azul, así que decidimos coger los teleféricos “rojos” que suben al Spielboden donde moran las marmotas. El billete cuesta 34 CHF, pero con nuestra pass card nos salió la mitad.
Hasta agosto la telecabina sólo sube hasta la 1ª base (Spielboden), por lo que decidimos realizar un trekking de 1h aproximadamente hasta la 2ª base.
Durante el trayecto nos topamos con unas marmotas “no explotadas” ni sobre alimentadas, con las cuales nos divertimos un buen rato, dándoles de comer pan de higo, avellanas y algún cacahuete.
No pudimos llegar hasta el refugio porque estaba bastante nevado, pero la vista de los glaciares es espectacular desde donde estábamos.
Sacamos unas cuantas fotos, comimos unas barritas y volvimos a la primera base para coger el teleférico de vuelta a Saas Fee. La faena fue que nos tocó esperar un rato hasta poder bajar, ya que de 12:30 a 13:30 todo se detiene para comer.
De vuelta en la AC, vimos en las previsiones meteorológicas que el día siguiente sería el más apropiado para subir al Klein Matterhorn, por lo que adelantamos nuestra partida de la tranquila localidad de Saas Fee para poner rumbo a Täsch, desde donde sale el tren que lleva a Zermatt desde el que se sube al famoso pico.
En Täsch entramos en un camping (Camping Täsch) que está junto a la estación de tren. El camping es muy básico pero conveniente para coger el tren, así que, a la orden de “aparcar donde queráis”, nos achuchamos en una plaza donde había una furgoneta de unos chicos que resultaron ser españoles.
Al vernos deciden dejar la plaza e irse más al fondo del camping, donde parece que hay más sitio.
Nosotros no nos solemos desplegar mucho, por no decir nada, por lo que con el espacio que ocupa la autocaravana nos sirve. Aun así, decidieron irse.
Una vez acomodados nos acercamos a la estación de tren y dejamos sacados los billetes de tren para Zermatt. Con la Swiss Pass Card, el billete ida y vuelta nos salió por 8 CHF. La frecuencia de los trenes es de 20 minutos, saliendo el primero a las 6:00 am y a partir de las 23:00 la frecuencia es de una hora.
Eso es un poco puñeta porque el camping está junto a las vías del tren y nosotros además a unos 50 m de las barreras. Menos mal que dormimos con tapones…
Los precios del rústico camping son:
- Persona: 8 chf
- Perro: 2 chf,
- Electricidad: 5 chf
- Autocaravana: 12 chf
- Niños (4-16 años): 4 chf.
A todo esto hay que sumarle 1 franco por persona en calidad de impuestos y no se admiten pagos con tarjeta, solamente efectivo.
Si vais a pasar la noche fuera, frente a la estación de tren hay un parking de coches y autocaravanas que cobran 10 CHF/día.
Täsch – Zermatt – Täsch (21 de julio)
Este día, nuestro objetivo era la excursión al Klein Matterhorn, donde se sitúa la estación hasta la que conducen los 3 tramos de teleférico que se cogen desde Zermatt, y desde la que se disfruta de las mejores vistas al Matterhorn o Monte Cervino, que es considerado como uno de los monumentos de Suiza e imagen del famoso chocolate Toblerone. Al pie de este impresionante pico se halla una región de esquí sumamente espectacular: el Matterhorn Glacier Paradise que cuenta con la pista más larga de Europa.
Zermatt, al igual que Saas-Fee, es una ciudad donde no está permitido el tránsito de vehículos de combustión, por lo que la manera más sencilla de llegar es en tren aunque hay una carretera estrecha y precaria que llega hasta allí.
Pusimos el despertador a las 6:00 para llegar lo antes posible a nuestro destino. Cogimos el tren en la estación de Täsch y en un cuarto de hora estábamos en Zermatt.
Cruzamos todo el pueblo por la zona de tiendas hasta las taquillas del telecabina (otros 15 minutos con prisa). Allí cogimos un ticket que nos permitía subir o bajar por cualquiera de los teleféricos, cabinas, etc. Con el Swiss Half Pass nos salió el viaje 59,9 CHF/persona.
A primera hora subimos con muchos esquiadores y snowboarders, ya que aquello es una estación de esquí abierta todo el año. De hecho, la cima está más indicada para esquiar que para otra cosa. Es posible hacer alguna travesía o, mediante pago extra, visitar la cueva de hielo.
Después de hacer un poco el guiri y sacarnos unas fotos con un Toblerone y unos japoneses muy majos, bajamos al Truckener (2939 m) para realizar parte de la ruta de los lagos glaciares y llegar hasta la base de la mole de 4478 m. que es el Matterhorn, ya que su cima solamente es apta para escaladores.
El paseo rodea los lagos glaciares por un paraje lunar, entre rocas oxidadas por el alto componente férrico y picos nevados…es espectacular y merece la pena darse un paseo.
Después de un par de horitas de paseo y viendo que se acercaban nubes por las montañas, volvimos al telecabina para bajar a la estación de Schwarzsee, donde hay un pequeño lago.
La leyenda dice que las aguas del Schwarzsee (Lago negro) quedaron de ese color después de que un gigante se lavara los pies en ellas. No obstante, las aguas de este lago alpino resplandecen en distintos tonos, incluyendo el azul turquesa, de acuerdo con la incidencia de la luz.
Esta zona es muy turística, hay cantidad de excursionistas que suben y bajan andando hasta allí, bikers que suben tanto a golpe de pedal como en el telecabina para lanzarse después en un frenético descenso hasta Zermatt y familias bajan en un patinete versión monstertruck.
Una vez en Zermatt, nos dirigimos a la plaza del pueblo y nos sentamos al lado de la iglesia para aprovechar la red wifi libre y actualizar nuestras redes sociales y dar envidia a los amigos y familiares con las fotos de la zona.
Nuestra sorpresa fue enterarnos por Facebook que Jesús Calleja estaba en Zermatt con Santi Millán para preparar la subida al Matterhorn para un nuevo capítulo de su programa Desafío Extremo.
Nos dio mucha pena no haber podido verlos en los dos días que estuvimos por allí…mala suerte.
De vuelta a Täsch replanteamos el plan de viaje, que era ir subiendo hasta Berna, por ver la capital, pero nos dio tanta pereza dejar este paraíso para meternos en una urbe, que lo descartamos y añadimos un día más a Zermatt, ya que íbamos pillando el tranquillo al camping.
Después de una ducha de 3 horas y quitar las barbas salomónicas, dimos reposo a los pies mientras veíamos llover (como iba siendo habitual en esta zona alpina) desde la autocaravana.
Täsch – Zermatt – Täsch (22 de julio)
Para ese soleado domingo organizamos la excursión al Gornergrat (3089 m). Se sube en un tren cremallera hasta la cima que se coge justo al lado de la estación de tren de Zermatt. En la cima hay un observatorio, una capilla, un hotel y un cementerio homenaje a los guías de montaña muertos por la zona.
Desde arriba se divisa el Dufourspitze (4634 m), Monte Rosa-Hüte y las lenguas de hielo Findelgletscher (izquierda) y Gornergletscher (derecha).
Nos deleitamos un rato con las impresionantes vistas, sacamos fotos y después nos animamos a hacer una ruta a pie hasta el lago Riffelsee, desde donde se ve la típica imagen del Matterhorn reflejado en el lago.
Fuimos bajando desde la última estación hasta los lagos (40 minutos aprox.) acompañados de hileras de turistas, sobre todo japoneses, y un curioso personaje, un joven japonés vestido de calle, en calcetines y con una sola chancla…no lo olvidaremos jamás…
Una vez allí, recorrimos los dos lagos y sacamos «la foto» el Matterhorn reflejado en el lago. Como todavía era pronto y no había nubes acercándose en el horizonte, nos animamos a descender a pinrel hasta la siguiente estación en lo que sería un suave trekking de otros 30 minutos.
Después de comernos los bocatas junto a una curiosa capilla que hay frente al Matterhorn, cogimos el tren que nos llevó nuevamente hasta Zermatt.
Una vez más había gente que subía en bici hasta arriba para descender hasta Zermatt por los numerosos caminos que hay por la zona.
El precio del tren cremallera por subir hasta el Gornergrat es de 81 CHF, 41 CHF con la Swiss half Pass Card. Si no queréis subir hasta arriba, la primera estación cuesta 41 francos, y luego se le suman 10 francos más por cada estación.
Dimos una vuelta por el centro del pueblo para ver las tiendas de recuerdos. La verdad es que Zermatt tiene mucha animación, cantidad de tiendas y restaurantes, incluso pudimos ver un típico concierto tradicional de trompas alpinas.
Cuando ya empezamos a ver los nubarrones de tormenta a media tarde, cogimos el tren de vuelta a Täsch. Llegamos al camping sobre las 17:00 y sacamos a pasear a nuestra perrita justo a tiempo para librarnos de la tremenda tormenta que cayó.
Täsch – Leukerbad – Martigny (23 de julio, 134 km)
Ese día decidimos darnos un pequeño homenaje, así que fuimos al Spa Grösstes Alpin Thermalbad en la localidad de Leukerbad (N 46º 22´ 38” E 7º 37´ 29”) por recomendación de EvaV.
Dejamos la autocaravana en el parking exterior y pagamos el bono de 3 horas que son 23 CHF/persona (aquí no vale el pass…) que te da acceso a todas las piscinas. El baño turco son 8 francos extra.
El complejo cuenta con tres plantas:
- La más baja es la más antigua y es similar al balneario de Panticosa. Una piscina interna con chorros donde se controla el tiempo con unos pitidos y otra exterior de temperatura media.
- La segunda es una ampliación del complejo, la cual cuenta con dos piscinas exteriores con chorros, camas de burbujas, etc, y una piscina de agua muy caliente.
- La tercera es una zona pic-nic, donde hay una piscina de ocio y dos toboganes tipo aquapark muy divertidos!!
En el interior también tienen restaurante de menú y pizzería en la zona de pic-nic.
La verdad es que estuvo muy bien poder relajarnos en los chorros de agua termal y terapéutica después de tanto senderismo por montaña.
Finalizado el momento relax y con los callos ya reblandecidos, pagamos el parking (3h 30 m – 6CHF) y pusimos rumbo a nuestro último destino suizo, la «citê» romana de Martigny, donde paramos la primera vez al entrar en Suiza para sacar los Swise half Price-s y cambiar los euros por francos suizos.
Hay un Área Parking gratuita muy bien situada (N 46º 05´42” – E 7º 04´19”) desde donde, cruzando el puente subterráneo tras el parking, se llega a un circo romano que se puede visitar libremente, y en dirección contraria se llega al centro de la población, en unos 10 minutos andando.
En la plaza central hay numerosas terrazas, restaurantes y wifi abierto.
Como nota, destacar que se notaba que estábamos cerca de Francia, ya que los parkings eran gratuitos, al igual que el acceso a los monumentos. Un lujo después de tanta restricción y “pague por todo”.
Martigny – St Victor Sur Loire, Francia (24 de julio, 341 km)
Abandonamos la última ciudad Suiza para desandar el camino de entrada que habíamos realizado hacía dos semanas y media.
Pensamos en hacer la vuelta sin pisar autopistas ya que la ida fue un atraco a mano armada de peaje en peaje. Así lo hicimos, marcamos en un mapa los pueblos con área de servicios para autocaravanas que nos pillaban de camino, sin saber cómo eran, y comenzamos el camino de regreso a casa. Si queréis un consejo, es mejor coger la autopista hasta alejaros de las zonas montañosas. Kilómetros y kilómetros de puertos, por unas carreteras que deben albergar todos los baches que sobraron de construir las carreteras francesas, junto con una media de una rotonda cada 2 km, hicieron de las tres primeras horas de viaje una auténtica tortura.
A los franceses me gustaría hablarles de dos temas importantes: El llaneado del asfalto y las circunvalaciones, porque no es necesario atravesar cada pueblo, villa o ciudad…por comentar… .
A media tarde llegamos a St. Victor Sur Loire, un pueblecito medieval con un lago preparado en plan playa y club náutico.
El Area Servicios está muy bien, tiene 8 plazas para autocaravanas delimitados por arbustos, zona de carga y descarga de pago con monedas (2,60€) y zona de esparcimiento gratuito junto al lago. También hay restaurantes.
Para los menos afortunados hay un inmenso parking, por lo que no hay problemas para aparcar.
Una vez situados en una plaza del parking (las plazas para autocaravanas estaban todas ocupadas), nos dimos una vuelta por un camino que rodea el lago. Hacía un calor de muerte, cómo se notaba que ya no estábamos entre montañas, y a media tarde se formó una gran tormenta con rayos y truenos, lo que nos obligó a guarecernos en nuestra casita con ruedas.
Las coordenadas del AP son: N 45º 26´49” – E 4º 15´ 15”
St. Victor Sur Loire – Cordes Sur Ciel, Francia (25 de julio, 351 km)
Nos levantamos a las 7:30 am a golpe de corta césped y visitamos el minipueblo con una iglesia-castillo del siglo XI. La verdad es que no hay gran cosa para ver, pero fue una zona tranquila para parar.
Cumplimentada la parte cultural, recogimos bártulos y pusimos rumbo al AS de Cordes Sur Ciel.
Durante el camino hicimos un alto en un Hyper U para avituallarnos y llenar nuestra despensa de sidra Bretona dulce (desde nuestro viaje a Bretaña, donde nos enganchamos a esta bebida, se ha convertido en un proceder habitual).
El viaje fue tranquilo, discurriendo por autovías y bonitas villas floridas, hasta que a 30 km de nuestro destino, nuestro querido TomTom decidió animarnos el viaje. Nos llevó por unas estrechísimas carreteras por las cuales solamente cabía un coche. Tuvimos que hacer malabares cada vez que nos cruzábamos con algún tractor (únicos vehículos que circulaban por allí…gracias señores de TomTom).
Con la animada conversación sobre quiénes eran los iluminados que preparaban los mapas de esta marca de navegadores y recurriendo al mapa de toda la vida, llegamos a nuestro destino.
En el Área de pernocta de Cordes Sur Ciel (N 44º 03´ 49” – E 1º 57´ 29”) tuvimos que aparcar al sol, ya que las 8 plazas con sombra estaban ocupadas por franceses apostados allí desde hacía décadas, y tampoco presentaban intención de moverse.
El área es un parking de tierra y gravilla bastante grande, escalonado y con algunos árboles. Es un espacio compartido con autobuses pero por la noche es bastante tranquilo y está cerca del pueblo subiendo por un camino que va por encima del párking. El precio es de 5€/noche y se paga en la máquina servicios junto a la descarga de aguas. Al pagar te da un ticket y una ficha para cargar 100 l. de agua o 3h de luz. También hay otro grifo que se activa con 1€.
Si pensáis que podéis libraros de pagar, estáis equivocados, porque a media tarde se pasó un gendarme a revisar quien había pagado y quién no. En caso de no haberlo hecho, amablemente te extiendía un recibo.
Cordes Sur Ciel – Alegría-Dulantzi (26 de julio, 525 km)
El décimo noveno día de excursión salimos a visitar el escarpado pueblo. Se trata de un precioso pueblo medieval muy bien conservado y lleno de tiendecitas que merece la pena visitar. El problema fue que eran las 9:00 am y ya teníamos 29ºC!! Y como pasa con todos los pueblos medievales, está en lo más alto de la colina, por lo que te pasas la visita subiendo cuestas infernales bajo un calor insoportable…qué bien estábamos en los alpes suizos!.
Cuando volvimos a la autocaravana el mercurio rondaba los 36ºC y nuestra perra de color negro estaba a punto de estallar en llamas. Las previsiones eran bastante desalentadoras, nos encontrábamos en plena ola de calor y no parecía que en los próximos días fuese a aflojar, por lo que suspendimos las paradas intermedias que teníamos previstas y pusimos rumbo a casa.
Conclusión
La conclusión de este viaje es que los Alpes suizos son una zona de gran belleza, pero no superior a los Alpes franceses o Italianos. El año anterior, que visitamos Dolomitas vimos parajes tan bonitos como los de este año, pero al menos no volvimos con la sensación de que nos estaban atracando continuamente.
En Suiza todo está indicado para que te metas en un camping con la autocaravana y no dan muchas opciones, no hay muchas áreas de servicios y pernocta, salvo que le eches cara y te quedes donde te dé la gana, pero a nosotros no nos va el viajar con el estrés de que te toquen la puerta a media noche para echarte de allí.
Otra sensación con la que nos hemos vuelto es la de que son un pelín bordes, sobre todo en el cantón alemán aunque no tanto el francés, y el trato amable que vivimos en la zona de Alpes italianos no la llegamos ni a catar.
La que sí está presente es la sensación de seguridad, ya que pese a no ver casi policía, la gente dejaba todo abierto y sin vigilancia. El miedo a que te roben es mínimo.
La zona merece la pena, y mucho, pero antes de volver por allí creo que visitaremos otros “flancos” más asequibles y menos restrictivos.
Bibliografía
Mapa de carreteras de los Alpes franceses, italianos, austriacos, suizos y eslovenos
Anónimo
Pedazo crónica! Textos currados e imágenes de calidad. Enhorabuena.
EvaV
Precioso viaje, fotos, crónica !! TODO !
Me impresiona la cantidad de nieve que encontrásteis en julio, espectacular, habría dicho que tenía que ser mayo !
PD: Gracias por las menciones
ac-viajero
La verdad es que nos hizo un tiempo estupendo. Ya nos dijeron que habían abierto las carreteras de algunos puertos dos semanas antes!!
ac-viajero
Con esos paisajes no es difícil hacer buenas fotos ;D
Maria Paz
Precioso relato y fotos espectaculares. Me ha traido muchos recuerdos porque estuvimos en casi todos los destinos por los que habeis pasado en nuestro viaje por ese bonito pais. ¡Que suerte habéis tenido el dia del Cervino¡ Nosotros lo vimos en todo momento con una "boina" de nubes sobre la cumbre y con un frío y viento huracanado que nos aguó un poco la excursión. Enhorabuena chicos.
ac-viajero
Nos alegra que os haya gustado, ya que en parte estuvo inspirado en las aventurillas que nos contasteis en Dolomitas.
Un saludo y gracias!!
Con autocaravana y sin ella
Un relato muy completo y con muchísima información. Me será de gran ayuda cuando me acerque a conocer Suiza. Lo malo es que viendo la nieve que hay en verano, no se si me atreveré a seguir con los planes de ir en invierno.
Gracias por el relato. Dese hoy tienes una seguidora más!
ac-viajero
Gracias! Nos alegra poder servir de ayuda con nuestros relatos.
No creo que haya problemas en visitar la mayor parte de los lugares turísticos ya que viven de los deportes de invierno, así que lo tendrán todo limpio. Por si acaso, le pondría ruedas de nieve a la auto, nosotros las tenemos y son lo mejor, hemos podido subir a estaciones de esquí sin ningún problema.
En el caso del Col du Grand Saint Bernard ya nos dijeron que el paso había estado cerrado hasta junio pero serán casos puntuales.
Si os animáis a ir ya nos contaréis vuestra experiencia!
Eva Martinez
La verdad es que hacéis unas fotos muy buenas. ¡me encantan!
Anónimo
Hola. Precioso reportage y como no, preciosa ruta. Me gustaria hacer alguna ruta por Suiza, y me gustaria preguntarte recomendaciones de glaciares, lagos, etc… bonitas y que se puedan ver sin tener que hacer rutas, ya que queremos ir con un niño de 1 año y medio. Muchas gracias. Mi email: izac20@yahoo.es
ac-viajero
Hola:
La verdad que en Suiza todo está montado de tal forma que cualquier persona puede acceder a lo más turístico sin tener que hacer mucho esfuerzo. Siempre hay un teleférico o tren de montaña que te deja en la cima o muy cerca de la zona a visitar, incluso hay muchas otras a las que se puede llegar en coche.
Una vez llegado al sitio cómodamente, lo que hacíamos era hacer rutas a pie por la zona.
Desde Zermatt por ejemplo, tienes cantidad de cimas y lagos a las que llegas en tren cremallera o teleférico (Gornergrat, Matterhorn), desde Saas Fee también (marmotas), el Lago Oeschinesee es muy bonito y se llega en unos 20 minutos por una suave pista. Al glaciar Steingletscher se llega en coche hasta el mismo glaciar, al igual que al glaciar Rhonegletscher, donde nace el río Rhone.
Sí que os recomendaría preguntar a un médico cómo le afecta la altitud a un niño de año y medio, por si acaso.
Un saludo.
Kari velez
Hola!! tu site está muy bueno, me encantaria afiliarlo en mis sitios webs de turismo, por mi parte te pediría un enlace hacia mi web de pasajes aereos y asi beneficiarnos ambos con mas visitas.
Si estas de acuerdo no dudes en escribirme
Exitos con tu sitio web.
karivelezs@gmail.com
Alma de Silencio
Maravilloso viaje y excelentemente explicado y detallado. Muchas gracias!! Gracias
ac-viajero
Gracias Amparo!
Unknown
te acerca a Pereira, una ciudad para reír, disfrutar, amar y vivir!
http://www.pereira.travel/acercateapereira/registro
Unknown
Muchas gracias por este fantástico relato, he anotado un montón de ideas para nuestro próximo viaje!
Me ha surgido una duda, no sé si recordaréis por qué carretera llegásteis al Grimsel Pass desde la zona de Interlaken…
Google propone la que cruza las montañas, la 9, pero me parece que no debe ser apta para autocaravanas. ¿Recordáis si pasásteis por la crtra 2 + 19, por Hospental?
ac-viajero
Hola Eva!
Gracias por tu comentario.
Creo recordar que después de Totensee, donde llegamos por la carretera 6, nos dirigimos a Saas-Fee por la carretera 19, por Hospental no pasamos.
Unknown
Gracias, anotamos este recorrido, tiene muy buena pinta en cuanto a ver grandes paisajes
Unknown
perfecto relato todo muy bien explicado e ilustrando de maravilla! felicidades y muchas gracias me sera de gran ayuda!! solo unas preguntas las rutas den monte tenias descargados o son fáciles de seguir?y para andar en las nieves se necesita material como raquetas de nieve o con botas es suficiente?
Gracias de nuevo!teneis un seguidor mas!!
ac-viajero
Hola!
Gracias por tu comentario.
Las rutas que nosotros hacemos suelen ser facilitas, muy turíticas y normalmente las sacamos de otros viajeros que ya las han hecho o lo decidimos insitu al ver los paneles informativos de rutas que suele haber en estos sitios, teniendo en cuenta los kilómetros y el tiempo aproximado.
En cuanto a la nieve, no nos metemos en zonas peligrosas ni con mucha altura de nieve, por lo que con unas buenas botas altas de monte, polainas para no mojarte los bajos y unos palos de trekking es suficiente. En la ruta que hiciemos en el Jungfraujoch al refugio, preveyendo que estaría la nieve congelada, nos pusimos una especie de mini crampones para el hielo que usamos para ir incluso por la calle. Puedes ver unos aquí: http://amzn.to/2lQ6Fx3
Espero haber resuelto tus dudas.
Un saludo!
Unknown
muchisimas gracias eres un crack!! espero ir y andar por esos aravilllosos sitios, todo por tu ayuda!
nino
Muchas gracias por molestaros,en ayudar a los demás, seguir haciendo muchos viajes.
joan martí
Te felicito por tus relatos. Contienen mucha información contada de forma amena y con buenas fotografías.
Nosotros viajamos con una perra mediana (samoyedo) y me gustaría saber si pueden subir en los transportes que acceden a las cumbres. Gracias
ac-viajero
Gracias Joan por tu comentario.
En cuanto a la admisión de perros en el transporte, en algunos sitios sí permitían subir con perros, como en el teleférico al Lago Oeschinen, pero en los que eran más turísticos, tengo mis dudas, creo que no. Lo mejor es preguntar.
Vicenta
nos gustaría contactar con algun otro compy para hacer esta ruta o similar por los Alpes en grupo de autocaravanas ¿alguien se anima? mi correo es vicentaruizbrotons@gmail.es
Unknown
Hola pareja, nosotros pensamos en ir a suiza a finales de octubre y tu cronica es casi perfecta de lo qque nosostros queremos hacer, digo casi perfecta porque aremos un poco mas de montaña ( somos montañeros ) mi pregunta es le siguiente, veo que el viaje lo icisteis con perro, puede entrar en los telefericos y en los sitios que habeis visitado ( edifios, almacens, etc.), en los campings algun problema con el perro…..
Tedoy las gracias de antemano por tu SUPER-RELATO
ac-viajero
Hola Xabier:
Gracias por tu comentario. No tuvimos ningún problema con el perro en los campings. En algunos teleféricos te dejan subir con él, como en el Lago Oeschinen, pero en los más turísticos no lo recuerdo, nosotros no la llevamos en éstos por la cantidad de gente, la altitud y el frío, preferimos dejarla en la autocaravana tranquila.
En los edificios, almacenes, etc, que comentas ni miramos, creo que tenemos tan aprendido de España que los perros no pueden entrar en estos sitios que automáticamente la dejamos en la auto si quieremos entrar en tiendas, supers, etc…y luego te sorprende verlos por ahí…
El Cazador de Momentos
Espectacular viaje, muy bien documentado y con preciosas fotos. Enhorabuena